Muchas veces, aunque se esté bien entrenado y se respeten correctamente los tiempos de descanso, se sufren bajones inesperados. Esto puede deberse a una baja en los niveles de ferritina y de la serie roja en la sangre.
Para quienes entrenan regularmente, y de forma muy intensa, es importante hacerse periódicamente análisis sanguíneos. De esta manera se podrán prevenir posibles problemas antes de que sea tarde. De lo contrario, se puede caer en una anemia, con lo que se corre el riesgo de perder buena parte del trabajo realizado y con el agravante de necesitar hasta dos o tres meses para recuperarse.
Cabe recordar cualquier tipo de carencia nutricional en general puede derivar en una debilidad que impida entrenarse con normalidad. Por lo tanto, procura comer de forma bien variada y equilibrada.
Suele haber una obsesión en muchos corredores por bajar de peso para así correr más rápido. Si bien esto es verdad, debe conseguirse en base a una alimentación saludable combinada con entrenamiento sostenido, y nunca por falta de comida.
En síntesis, dieta sana y en sus medidas justas, junto a un entrenamiento planificado son la clave para mantenerse en forma saludablemente.
¿De qué manera mantienes equilibrada tu dieta?