Nuestro cerebro a veces no es tan inteligente como parece, y podemos aprovecharnos de eso para mejorar nuestro rendimiento deportivo.
Uno de estos casos se da al realizar series de velocidad. Cuando realizamos trabajos fraccionados, nuestro cerebro sólo recuerda la última de las series, y ahí es donde debemos hacer el "engaño". Esto se logra comenzando con las series a ritmos un poco más lentos, y terminando siempre más rápido. Por ejemplo, si el entrenamiento diario indica 6 series de 1.000 metros a un promedio de 5 minutos por kilómetro, la primera de las tiradas puede hacerse en 5 minutos 15 segundos, las siguientes más rápidas, para terminar las últimas a 4' 45 segundos.
Recuerda que las series siempre deben hacerse a los ritmos adecuados para cada corredor, ya que el hacerlas demasiado rápido o demasiado lentas no llevará a mejoras, e incluso puede tener como desenlace alguna lesión. Los progresos se ven con el tiempo, luego de meses de entrenamiento sistemático.
¿Conocías este método?