Desde que fue creada, en 1986, de los mil corredores que se atrevieron a la prueba, sólo 14 consiguieron terminar su recorrido altamente exigente. De esta manera la Barkley Marathon es conocida como la “Ultramaratón más difícil del mundo”.
Esta competencia fue inspirada en la fuga del asesino de Martin Luther King, James Earl Ray. Tras 54 horas corriendo dentro de los densos montes que rodean la prisión de Brushy Mountain State, el criminal fue encontrado a tan solo 14km de los bosques. Al leer la noticia, en aquella época, en 1977, el ultramaratonista Gary Cantrell dijo que, si se tratase de él, pasado todo ese tiempo, estaría a 160 kilómetros de la prisión. Con esa idea en su mente, Cantrell organizó algunos años después la Barkley Marathon.
La prueba tiene un recorrido total de 160 kilómetros, dividido en cinco vueltas de 32k. Los atletas deben finalizarlo en un tiempo límite de 60 horas. Lo que torna la prueba casi irrealizable es su recorrido duro y atemorizante, con 18.300 metros de desnivel en medio del bosque congelado de Head State Park, en Tennessee (EE.UU.).
A la Barkley llegan sólo los mejores ultramaratonistas. De los centenares de solicitantes anuales, que deben novelar por carta su motivación para correr, sólo se acepta a 40 por edición.
El pasado año (2016) hubo atletas de diez países. Sólo uno de los 40, Jared Campbell, completó los 161 kilómetros. Lo hizo en 59 horas, 59 minutos y 32 segundos, es decir a solo 28 segundos del tiempo límite. Arrancó a las 6 de la mañana del sábado y acabó a las 4:59 de la madrugada del lunes. Durmió una hora. La dureza de la Barkley es legendaria.
Para tener una idea de la rigurosidad de la prueba, basta revisar la cantidad de personas que la concluyeron. En promedio, no superan el 1,4%. Es decir, que solo 14 personas desde la primera edición, en 1986, la han acabado.
La carrera se disputa anualmente en el mes de noviembre, y puede verse más información en su web oficial: http://www.mattmahoney.net/barkley