Sea por estar con los tiempos justos, por falta de costumbre, o por desconocimiento, muchos runners no hacen una correcta entrada en calor. Esto se da sobre todo en los días de entrenamiento, no así en los días de carrera.
Sin embargo, está comprobado que esta práctica tiene grandes ventajas, como por ejemplo: ayuda a evitar lesiones y a rendir más durante los kilómetros corridos. En otras palabras, para conseguir progresos importantes en el running, se debe hacer entrenamientos de calidad.
Esto cobra especial importancia en las personas que tienen un estilo de vida algo sedentario, como por ejemplo quienes normalmente trabajan o estudian y pasan mucho tiempo frente a una computadora. Si tomás el hábito de realizar una buena entrada en calor antes de entrenar, conseguirás:
-Incrementar tu temperatura corporal.
-Mejorar la lubricación de las articulaciones.
-Mejorar la flexibilidad de tus músculos y tendones.
-Reducir notablemente el riesgo de lesiones.
-Además, el sistema nervioso se activa y se compromete con el entrenamiento que te espera.
La entrada en calor debe hacerse de forma progresiva, arrancando con movimientos muy suaves, sumado a algún trabajo cardiovascular, como por ejemplo un trote liviano o algo de bicicleta fija. Luego de 10 a 15 minutos de este tipo de ejercicios, se pasa a los de movilidad articular, y finalmente algo de elongación muscular, siempre de manera suave, sintiendo que el musculo apenas se estira, pero no llega a doler. También es importante en este último punto evitar los rebotes, y no extender las posturas de estiramientos por más de 20 segundos.
Recuerda: la entrada en calor es muy importante en los momentos previos a las carreras, pero también lo es durante los entrenamientos diarios.
¿Cumples con la entrada en calor antes de cada entrenamiento?