Actualmente existen en el mercado algunos modelos de zapatillas exclusivamente para mujeres. Pero, ¿tiene esto algún fundamento que vaya más allá de la estética y del marketing?
La respuesta es que sí, absolutamente. Sucede que las mujeres tienen diferencias biomecánicas con los hombres. El ejemplo más claro está en las caderas, siendo estas más anchas para poder dar a luz. Como consecuencia de esto, el ángulo de la pierna desde la cadera es diferente, por lo cual las rodillas también cambian su posición, apuntando más hacia adentro que en el caso de los hombres. Al correr, esta diferencia varía muchísimo la mecánica, provocando un mayor nivel de pronación. Es por eso que las mujeres necesitan un calzado con mayor control de estabilidad.
Además de esto, hay otro punto importante, y es el de la flexibilidad de la suela y media suela. En general las mujeres son más livianas que los hombres, y con esto deben hacer más fuerza para lograr la torsión de la suela, por lo que hay riesgo de lesión en la planta del pie. Por lo tanto, las mujeres deberían utilizar un calzado más flexible.
En síntesis, las mujeres pueden utilizar calzados de hombre o unisex, pero cuidando estos aspectos. De esta forma se evitan lesiones y problemas relacionados con la mecánica al correr.
¿Conocías estos factores biomecánicos?