La rodilla del corredor, también conocida como “síndrome del dolor rotulofemoral” es una de las lesiones más temidas y sufridas por los corredores. Se produce por la inflamación del cartílago que se encuentra en la parte posterior de la rótula. Si no es tratada correctamente, se corre el riesgo de convertirse en una lesión crónica, por lo que el correcto diagnóstico a tiempo y su posterior proceso de rehabilitación son claves.
Esta lesión afecta principalmente a corredores cuyos factores biomecánicos cargan de peso extra a la rodilla. Los factores de riesgo incluyen sobre-pronación (excesivo giro hacia el interior de la pisada) y glúteos o caderas débiles. Por lo cual, es muy importante seguir un adecuado y constante programa de fortalecimiento integral de los músculos del cuerpo, sin olvidar la llamada región del "core". Suele aparecer durante o luego de las carreras largas, tras largos períodos sentado, o mientras desciendes cuestas o escaleras.
En caso de contraerla durante una competencia, la recomendación general es que se necesitan dos días de recuperación por cada tres kilómetros recorridos. La recuperación incluye reposo, y algunos ejercicios puntuales de fortalecimiento y movilidad, que deben ser recomendados por un especialista según cada caso. Lo importante es, ante el primer signo de dolor, disminuir las cargas de los entrenamientos, y en caso de que persista, consultar inmediatamente a un especialista para evitar así complicaciones.
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