Para un runner, llevar una dieta saludable es tan importante como los entrenamientos realizados.
En este sentido, no solo hay que tener en cuenta lo que ingerimos durante el día, sino también de qué manera y cuándo lo hacemos. Concretamente, dividir las comidas de la jornada es una práctica saludable. Los resultados son muchos más que tan solo bajar de peso o controlarlo.
Lo ideal, según muchos especialistas, es que durante el día se hagan en total seis ingestas: desayuno, una pequeña colación a media mañana, el almuerzo, otra colación a media tarde, la merienda y la cena.
Dentro de este esquema, las comidas principales son el desayuno y el almuerzo, ya que son las que te darán la energía necesaria para el día. Mientras que las restantes, mantendrán activo tu metabolismo durante más tiempo, a la vez que evitaran que tengas hambre y que llegues a la siguiente comida con ganas de comer de más. Por eso, estas ingestas complementarias deben hacerse con raciones pequeñas, e idealmente pueden contener frutas frescas, yogurt, semillas o frutos secos, evitando abusar de barras de cereales y snacks industrializados, ya que contienen demasiado azúcar y grasas. Tampoco son buenas las golosinas, por el mismo motivo.
Realizar las comidas de esta manera también te ayudará a no ingerir más calorías de las que necesita tu cuerpo, y a no sobre exigir el sistema digestivo. Además, tendrás energías suficientes durante todo el día, lo que te permitirá rendir mejor en tus entrenamientos.
¿Cómo divides tus ingestas?