Lionel Sanders nació el 22 de febrero de 1988 en Windsor, Canadá. Hoy por hoy es uno de los mejores triatletas del mundo, ostentando nada menos que el récord mundial en la distancia Ironman (7 horas, 44 minutos y 29 segundos). Sin embargo, su historia está muy lejos de ser la típica de un deportista de élite.
Las drogas, los excesos y una violenta depresión lo tuvieron hundido durante la mayoría de su época universitaria y fue en el triatlón donde encontró el salvavidas para escapar de todo eso. Sanders era un atleta destacado durante la secundaria. Incursionó en muchos deportes, pero fue en las carreras de larga distancia donde más destacó. Entró becado a la Universidad de Windsor, pero decidió cambiar las pistas por las fiestas. Así comenzó su calvario.
Sanders estuvo en caída libre hasta que en el año 2009, atrapado por las drogas y el alcohol y muy lejos del deporte, pensó en suicidarse. Fue allí, en el peor momento de su vida y con sólo 21 años de edad cuando decidió inscribirse en el Ironman de Louisville, sin ninguna experiencia previa en este deporte. Nadie creía que podría completar esa carrera, incluso su madre desconfió en si realmente ocuparía la tarjeta de crédito para pagar la inscripción o la gastaría en otra cosa. Lionel se preparó duro para aquella carrera, las frías estadísticas dicen que la finalizó en un tiempo de 10:14:31. Pero lo verdaderamente trascendental no fue su marca, sino la llama que se había encendido en su interior. "Le debo mi vida al triatlón. Estaba en un lugar de mi vida muy oscuro cuando descubrí este deporte, que me dio la oportunidad de encontrar algo positivo en lo cual concentrarme. Ahora creo que ya superé esa parte de mi vida", asegura.
Poco tiempo después de su debut, Sanders se convirtió en profesional del triatlon. En el año 2014 y con apenas 25 años dio el gran salto de calidad, ganando tres pruebas del circuito mundial Ironman 70.3 (Muncie, Racine y Steelhead), y ocupando el cuarto puesto en el campeonato mundial de la distancia. Semanas después, compitió por primera vez como profesional en una prueba Full Ironman. Fue en Florida, Estados Unidos, donde ganó la competencia. De allí en más sus éxitos no se detuvieron y subió a los podios de cuanta carrera corrió, hasta que en noviembre de 2016 llegó otro hito: ganó el Ironman Arizona con un crono de 7:44:29, la mejor marca de la historia del circuito en todo el mundo.
Sanders es un caso muy especial en el mundo del triatlón, y no sólo por su historia o sus logros deportivos, sino también por su particular sistema de entrenamientos: debido al clima de la ciudad donde vive y luego de haber sufrido cuatro accidentes automovilísticos mientras pedaleaba, decidió dejar las rutas. Ahora, durante casi todo el año entrena ciclismo y running en una pequeña habitación de su casa, especialmente acondicionada. "Tengo esta habitación que está 100% acondicionada a mi entrenamiento. Tengo mis rodillos donde instalo la bicicleta, mi trotadora, mi equipo de sonido, un televisor con pantalla plana y para emular los climas más cálidos y húmedos, tengo un sauna y una estufa. De esta forma, no me tengo que preocupar de ser atropellado por un auto en la calle. Estoy convencido que la calidad del entrenamiento está por sobre la cantidad y puedo hacer muchas horas realmente de calidad con esta sistema indoor. Corro un ironman completo cada semana", detalla.