Una de las figuras más destacadas en la historia del Maratón latinoamericano es la de Juan Carlos Zabala. “El ñandú criollo” llegó a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 1932 con 20 años, con buenos tiempos en 10 mil metros y solamente un Maratón como experiencia.
Se trataba de un muchacho flaco y de baja estatura, por lo que lo llamaban “Zabalita”. Huérfano desde muy chico, se crió en un reformatorio de Marcos Paz y vivía de la venta de diarios, porque en aquella época el atletismo era totalmente amateur.
El 7 de agosto de 1932 llegaría su gran día, disputando el Maratón olímpico en Los Angeles, Estados Unidos. Allí, a 4 km del final, se escapó para terminar en solitario aventajando en 20 segundos a Samuel Ferris de Gran Bretaña, consiguiendo el oro olímpico y haciendo ondear la bandera Argentina en lo más alto del mástil mayor del estadio. Su tiempo fue de 2h 31min 36s, estableciendo el récord mundial para la época y convirtiéndose en el corredor más joven en ganar un Maratón olímpico (logro que aún mantiene).
En los siguientes Juegos Olímpicos, disputados en Berlín en 1936, Zabala buscó su segunda medalla a partir de una mejor preparación, pero el fuerte ritmo que marcó desde un inicio le impidió finalizar y abandonó en el kilómetro 30 luego de liderar desde el arranque. En los mismos Juegos obtuvo el sexto lugar en la prueba de 10.000 metros, y fue el abanderado de la delegación argentina en la ceremonia de inauguración.
Cabe destacar que en la distancia de 10 km, estuvo siempre entre los diez mejores del ranking mundial. En 1931, fue 4º con 31:19.0, que encabezaban los finlandeses Paavo Nurmi y Volmari Iso-Hollo y el argentino José Rivas. En 1933, fue 10º, con 31:38.2. En 1936, 6º, con 30:56.2.
Juan Carlos Zabala falleció en Buenos Aires, el 24 de enero de 1983, a los 71 años. Pero su recuerdo seguirá imborrable en el mundo del deporte.