Las zapatillas para correr son la herramienta principal de los runners, ya que nos permiten entrenar cómodos y protegernos de lesiones.
Para que el calzado tenga una vida útil prolongada y no pierda sus propiedades es muy importante que lo cuides y aprendas cómo limpiarlo. En este sentido, es muy importante que después de cada entrenamiento, dejes tu calzado en un área ventilada y con sombra. Nunca intentes quitar su humedad con un secador de pelo, ni la luz solar, ya que exponerlas al calor puede deformaras o despegar sus piezas unidas con termofusión.
También es importante que si entrenaste bajo la lluvia, en arena o en el barro, limpies tu tenis suavemente con un cepillo. Otra opción es limpiarlas con un paño húmedo sobre el material externo de la zapatilla, y utilizando siempre agua fría. Saca las plantillas y lávalas por separado, luego enjuágalas y déjalas secar a la sombra.
Por último, recuerda que todas las zapatillas de correr tienen una vida útil. Cuando se las utiliza demasiado comienzan a perder las propiedades de amortiguación y necesitan ser reemplazadas. En líneas generales suelen ser reemplazadas luego de entre 700 y 1.000 kilómetros de uso.
¿Cómo cuidas de tu calzado?