El calzado para correr tiene como principal objetivo proteger nuestros pie. ¿Cómo? Absorbiendo parte de los impactos generados al caer con cada zancada.
Hay que tener en cuenta que las zapatillas tienen una vida útil, que se termina cuando la capacidad de amortiguación de los materiales de la entresuela entra en jaque. Claramente, cuanto más corres, más rápido se gastarán tus zapatillas. Si bien esto depende de cada modelo, normalmente una zapatilla tiene una vida útil de entre 600 a 900 kilómetros.
Si tienes alguna pregunta acerca de cuándo es el mejor momento para comprar unas nuevas, examínalas y evalúa su desgaste. Una forma práctica y simple de hacerlo es buscando pequeñas arrugas en la entre suela. Estas marcas indican que esta parte de la zapatilla se ha comprimido y con esto perdió capacidad de amortiguar los impactos.
Usar las mismas zapatillas por un largo tiempo sólo aumentará la frecuencia de dolores en sus músculos y articulaciones, corriendo el riesgo de sufrir una lesión. ¿Cada cuánto cambias tus zapatillas?