Para el triatleta, el running suele ser la etapa más dura, ya que vienen arrastrando el cansancio de toda la competencia. A esta última disciplina de la carrera probablemente lleguemos más cansados y más expuestos a posibles dolores musculares. Por esto, entrenar el ciclismo junto al pedestrismo es clave para saber con qué se van a encontrar en día de la carrera. Así, el cuerpo se va acostumbrando a la sensación de utilizar determinados músculos de las piernas e inmediatamente, cuando empiezan a correr, comienzan a ejercitar otros.
La alimentación también es otro punto importante. Hay que aprovechar esta etapa para comer geles, barras energéticas o bananas, además de hidratarse con frecuencia. De esta forma el cuerpo tendrá el tiempo necesario para hacer la digestión antes de empezar a correr, y tendrá más energía para encarar el pedestrismo.
Durante la etapa de running bebe agua y bebidas isotónicas, pero no lo hagas en sorbos demasiado grandes ni en grandes cantidades, ya que es posible que esto pueda provocarte malestares gastrointestinales. Lo ideal es beber en pocas cantidades y repetidamente.
Respecto al calzado, es importante utilizar las zapatillas correctas, ya que de lo contrario pueden provocar ampollas y otro tipo de lesiones. Aunque quieras acortar tiempo en las transiciones, corre con medias ya que descalzo estarás más expuestos a rozaduras y lastimaduras que provocan las costuras internas del calzado. Para distancias cortas, dónde si es posible correr sin calcetines, una buena idea es frotar un poco vaselina en el interior de las zapatillas para evitar los roces. En este tipo de carreras es preferible el uso de cordones elásticos, que permiten ponerse más fácil y rápido el calzado.
¿Incorporas entrenamiento de triatlón en tus rutinas?