Si eres runner, seguramente ya escuchaste hablar de entrenamientos cruzados. Se trata, en otras palabras, de realizar ejercicios distintos a los que habitualmente haces, con la finalidad de complementar, mejorar y mantener el nivel de actividad física, sin aburrimiento y con menor riesgo de lesiones. En otras palabras, consiste en la combinación de dos o más tipos de entrenamientos o disciplinas para alcanzar tus objetivos en el running.
Este tipo de actividades diferentes a correr te permitirá desarrollar tu fuerza, agilidad o la resistencia sobre un amplio espectro de ejercicios y movimientos.
Además, el entrenamiento cruzado le permite preparar a su cuerpo para diferentes usos, poniendo en movimiento todas las fibras musculares de tu cuerpo y no sólo algunas, lo cual optimiza el funcionamiento del organismo y mejora tu aptitud física global. Por otro lado, modificando el método con que entrenas frecuentemente, incorporarás variedad y saldrás así de la rutina. Indefectiblemente, esto significará un progreso para tu cuerpo, ya que deberá realizar un esfuerzo extra para responder a un estímulo al que no está acostumbrado.
Los ejemplos más comunes de entrenamientos cruzados para runners son la natación, el ciclismo y el gimnasio, aunque el abanico de posibilidades es interminable: de tanto en tanto puedes practicar crossfit, yoga, entrenamientos funcionales, artes marciales, tenis, squash, boxeo, escalada, acrobacias, o deportes de equipo como fútbol, basquet, o voley, solo por citar algunos ejemplos. El límite lo pondrá sólo tu imaginación.
En síntesis, los entrenamientos cruzados desafían a cada uno de los músculos y al sistema cardiovascular para que, finalmente, este haga más eficiente su respuesta y así, ganemos beneficios para la salud. Y además son una ayuda motivacional, para evitar que caigamos en el aburrimiento de las rutinas.
¿Realizas entrenamientos cruzados?