Las semillas son fuentes de vitaminas, minerales y grasas buenas. Entre las más fáciles de conseguir están las de girasol, que muchos consumimos como snacks sin saber sus interesantes propiedades y beneficios para los runners: contienen potasio y magnesio, imprescindibles para la contracción muscular y para reducir el riesgo de lesiones. Además, aportan una buena cantidad de otros minerales, que junto a su elevado contenido de vitamina E permiten superar el cansancio y la fatiga, a la vez que fortalecen las defensas y previenen enfermedades cardiovasculares.
También poseen grandes cantidades de calcio, lo que las convierte en un alimento de gran valor sobre todo para quienes no consumen productos lácteos y necesitan aumentar el aporte de calcio en su dieta.
Más allá de los beneficios para nuestra vida como deportistas, estas pequeñas semillas nos ayudan a tener un buen funcionamiento cerebral. Esto se debe a su alto contenido de fósforo y magnesio, que además previenen la pérdida de memoria y disminuyen el riesgo de contraer Alzheimer. Diversos estudios científicos demostraron que las personas que consumen mayores cantidades de vitamina B2 (riboflavina) tienen una mayor capacidad de memoria, y esta vitamina abunda en las semillas de girasol como en pocos alimentos.
Para consumirlas se les quita su cáscara, por lo que es conveniente comprar las que ya vienen peladas, crudas y sin sal. De esta forma se evita la pérdida de nutrientes, y no se agrega demasiado sodio a tu dieta diaria. Lo ideal es consumir un puñado diario, parte con el desayuno mezclándolas por ejemplo con yogurt y cereales, y parte como snack entre comidas.
¿Sueles incluir semillas de girasol en tu dieta?