La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es un nutriente hidrosoluble que se encuentra especialmente en las frutas y en las hortalizas. Por ser una de las vitaminas más importantes para el funcionamiento de nuestro organismo, las cantidades necesarias en la dieta diaria son mayores que las de otras. Estas vitaminas actúan como agentes de protección de las células, evitando su oxidación y estimulando los mecanismos de defensa de nuestro organismo. Por lo tanto, desempeña un rol fundamental a la hora de prevenir enfermedades, y actúa ante la irrupción de agentes patógenos. Pero si bien esa es la cualidad tal vez más conocida, la vitamina C también resulta indispensable en la síntesis y el mantenimiento de las funciones de los tejidos de soporte, como lo son los huesos y cartílagos. Además, niveles adecuados de vitamina C en la dieta aceleran los procesos anti inflamatorios. Por todo esto, son un nutriente clave para quienes practicamos un deporte tan exigente como el running, que kilómetro a kilómetro pone a prueba nuestros músculos y articulaciones.
Según diversos estudios científicos, solo una pequeña carencia de vitamina C puede poner de manifiesto signos de agotamiento temprano, mala sanación de lesiones, y disminución del rendimiento deportivo. Por lo tanto, procura incorporarla a tu dieta diaria, ingiriendo regularmente alimentos como los cítricos (naranjas, mandarinas, limón, pomelos o toronjas, etc.), el kiwi, las frutillas o fresas, mango, papaya, pimientos, coliflor, espinacas, brócoli y repollo.
¿Consumes alimentos que contengan esta vitamina?