El maratón no es justamente una prueba que premia a los corredores "suicidas". Todo lo contrario: quienes mejores resultados suelen tener son los runners conservadores. Sucede que un error muy habitual, tanto entre los principiantes como inclusive entre muchos expertos en la distancia, es no tener en muy claro de antemano a que ritmos ir en cada tramo, y así dejarse llevar por la adrenalina propia de ese momento.
La estrategia más conservadora para correr una competencia de 42 kilómetros es la del "split negativo", que consiste en correr la segunda mitad del trayecto algo más rápido que la primera. Pero cuidado, que los cambios de ritmo frenéticos tampoco son una buena estrategia. No se trata de ir mucho más lento al principio y rematar en el tramo final. En este sentido, diversos estudios concuerdan en que el mejor resultado se obtiene invirtiendo un 51% de tu tiempo final en los primeros 21 kilómetros y un 49% en los segundos.
Siguiendo estos parámetros, y a modo de ejemplo, podríamos decir que para correr una maratón en 3 horas con 30 minutos final, deberíamos pasar la primera media cerca de 1 hora 46 minutos, y dejar la segunda para un tiempo de 1 hora 44 minutos, es decir un cambio de velocidad relativamente leve. De hacerlo de una manera más brusca, el riesgo de chocar contra el temido "muro" faltando cerca de 10 kilómetros para el final, sería demasiado alto ya que el cuerpo al sentir esa fatiga te lo hará notar.
Pero más allá de que optes por esta u otra estrategia, hay que tener siempre en claro que en una prueba como el maratón es sumamente importante tener un plan claro de carrera.
¿Cuál es que sueles utilizar?