Muchas veces los runners creemos que alimentándonos sanamente y entrenando con regularidad, hacemos todo lo que se necesita para tener una excelente salud. Pero aunque hagas todo al pie de la letra, te cuides, y por fuera te veas muy bien, adentro tuyo puede haber algo que no funcione del todo correctamente. En otras palabras, hay cuestiones de tu organismo, como la actividad hormonal, que pueden afectar tanto a tu salud como a tu rendimiento deportivo. A continuación, enumeraremos algunas de las deficiencias más comunes en este sentido:
• Baja testosterona y cortisol alto. Esta alteración hormonal suele manifestarse en los síntomas del sobre entrenamiento: baja libido, falta de motivación, y pérdida de impulso competitivo. Es por eso que muchas veces se relaciona con una alta sobre exigencia en los entrenamientos, sin darle al cuerpo los adecuados momentos de descanso para que logre recuperarse.
• Baja en la hormona luteinizante, estrógenos altos y baja progesterona. En este caso, es común que la situación derive en confusión mental, apetito desmedido, y una aparente incapacidad para eliminar la grasa a pesar del entrenamiento intenso.
• Hormonas tiroideas y tirotropina altas. Pueden provocar sensación de frío constante, metabolismo lento y deterioros en la función digestiva, con gases e hinchazones.
• Bajos niveles de magnesio y electrolitos. En este caso no hablamos de hormonas, sino de minerales, que cuando faltan en sus dosis adecuadas pueden provocar problemas para conciliar el sueño por la noche, y sensación de cansancio durante el resto del día.
• Marcadores de inflamación altos. Pueden provocar dolor en las articulaciones, pérdida de entrenamientos por enfermedad o catarro constante, síntomas “fantasma” como dolores de cabeza, palpitaciones del corazón y sensación de hormigueo y entumecimiento muscular.
Con todo esto, queda a las claras una vez más la necesidad de realizarnos periódicamente chequeos médicos y estudios de laboratorio completos. Si, además de tu salud, quieres revisar parámetros que pudieran afectar tu rendimiento, quizá te convenga consultar a un médico deportólogo.
¿Te realizas chequeos médicos regularmente?