Se suele decir que el tiempo es el mejor juez, y esta afirmación no escapa a los alimentos: si la humanidad se ha nutrido con algunos de ellos durante siglos y siglos, es que sus propiedades están garantizadas. En este sentido, el garbanzo es uno de los alimentos más antiguos, y la humanidad lo ha consumido desde épocas muy remotas: han pasado unos 7.000 años desde que los garbanzos aparecieron en las regiones del Medio Oriente, pero no fueron cultivados hasta alrededor de 3,000 A.C.
Los garbanzos tienen excelentes propiedades para cualquier persona, y para los runners pueden ser además un gran aliado en una dieta balanceada y energética. Son bajos en grasas saturadas y muy bajos en colesterol y sodio, contienen altas cantidades de folatos (71% del valor diario) y manganeso (84%). Además, aportan el 29% tanto de los requerimientos diarios promedio en proteína como en cobre, 28 % en fósforo, 26 % en hierro y 20 % en magnesio. También contienen buenas cantidades de fibra, tiamina, zinc y vitamina B6.
Diferentes estudios han demostrado que dos tazas de garbanzos cocidos abastecen el requerimiento diario, reducen el colesterol LDL y los triglicéridos (grasas y lípidos en su sangre que pueden aumentar su riesgo a enfermedades del corazón) y ayudan a regular los niveles de azúcar en la sangre.
Otros nutrientes presentes en los garbanzos son los fitonutrientes antioxidantes como flavonoides, quercetina, kaempferol, y miricetina; ácidos fenólicos, incluyendo el ferúlico, clorogénico, caféico, y vanillico; y los antocianinos delfinidina, cianidina y petunidina. Todos estos se combinan para proveer una protección poderosa contra daños de radicales libres y para proteger contra enfermedades, incluyendo el cáncer.
Se pueden incorporar a la dieta los que ya vienen en latas, o bien secos y cocinarlos en casa. Para eso enjuágalas y límpialos bien, remójalos en una olla con tres veces el agua por taza de garbanzos durante varias horas. Luego hiérvelos durante diez a quince minutos. Escúrrelos dejándolos enfriar, y estarán listos para ser un ingrediente más de ensaladas. Su sabor es agradable y suave, por lo que también podrás comerlos solos.
¿Sueles incluir garbanzos en tu dieta?