Abril es un auténtico mes maratoniano, ya que cada año se celebran en el mundo varias de las más tradicionales y convocantes carreras de 42k. Una de ellas es la London Marathon, que temporada tras temporada ve ampliamente cubiertos sus 40.000 cupos, con una demanda que excede ampliamente este número.
La primera edición de esta carrera se disputó en 1981, cuando su fundador es Chris Brasher, antiguo campeón olímpico de atletismo y famoso deportista, que se inspiró en el maratón de Nueva York. En la edición debut se inscribieron más de 20.000 corredores, de los cuales 6.747 fueron aceptados y 6.255 cruzaron la línea de meta en Constitution Hill. La popularidad del maratón ha crecido de forma constante desde entonces, al tiempo que se afianzó como uno de los circuitos más rápidos del planeta.
Los récords del circuito pertenecen al keniano Eliud Kipchoge con la victoria de 2016 en 2:03:05, y a la local Paula Radcliffe quien en 2003 ganó esta prueba con un crono de 2:15:25, que además es por una holgada diferencia el récord mundial femenino, aún en la actualidad.
Ante la gran demanda que tiene esta competencia, estar en su línea de largada no es nada fácil. Una de las formas de conseguirlo es a través de un sorteo. Hay que inscribirse y esperar a ser uno de los elegidos, los cuales normalmente son informados a lo largo del mes de octubre o noviembre. En este sentido, hay que aclarar que debido a las probabilidades matemáticas, las chances de ser favorecido son realmente bajas. Por ejemplo, para la edición 2016 hubo casi 250.000 inscripciones al sorteo. Pero eso no es todo: el sorteo se compone de dos públicos diferentes, uno para los corredores locales (residentes en Reino Unido), y otro para los corredores del resto del mundo. El número de plazas disponibles en el “sorteo local” es muchísimo mayor que para el “sorteo extranjero”, que únicamente dispone de unos pocos miles de dorsales. La inscripción al la lotería es gratuita y el pago se hace cuando te comunican que has obtenido una plaza, aunque tienes la opción de pagar en ese mismo momento y así asegurarte la entrada en un segundo sorteo de 1000 dorsales en el caso de que no seas uno de los elegidos. En tal caso, pagas por adelantado y sin posibilidad de reembolso ya que el dinero se dona a una organización benéfica, pero tienes una opción extra de poder entrar. Como dato a destacar, el número de plazas disponibles a través de organizaciones benéficas es enorme (cerca de 15.000).
De esta forma, si bien es un evento deportivo serio y con importantes premios que atraen a grandes maratonistas profesionales, la percepción pública de la carrera está dominada por los corredores que forman parte de alguna organización o aquellos que lo hacen para divertirse. Es típico ver a corredores disfrazados o vestidos de una manera peculiar con la intención de recaudar fondos para alguna entidad benéfica. En este sentido cabe destacar la inusual labor de la competición para recaudar dinero con fines caritativos, superior al resto de maratones. Esto comenzó a manifestarse con mayor fuerza en la edición 2006, cuando se recaudó la cifra más elevada del mundo con fines benéficos, que ascendió a 41,5 millones de libras esterlinas, de un montante total de 315 millones de libras que se recaudaron con fines benéficos. Esto convierte al maratón de Londres en el mayor evento anual de recaudación de fondos de todo el planeta.