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No olvides la vuelta a la calma

ESPN Run

Durante los entrenamientos regulares, los runners solemos darle mucha atención a los trabajos principales y no demasiada a las entradas en calor, pese a la importancia que revisten. Y muchísimo menos aún a las vueltas a la calma, que son los trabajos de intensidades suaves que deberían hacerse luego de los entrenamientos fuertes.

Por falta de tiempo, o inclusive por desconocimiento, los corredores solemos saltarnos esta fase, y a lo sumo hacemos unos cuantos estiramientos musculares pensando que con eso basta para volver a casa o al trabajo. Pero lo concreto es que la mejor manera de terminar una sesión es trotando 5 a 10 minutos de forma muy suave, a un ritmo que te permita conversar con otra persona o disfrutar del paisaje, con buenas sensaciones. Este tipo de entrenamientos tiene como función oxigenar a los músculos mediante el flujo sanguíneo, a su vez "lavándolos" de los residuos metabólicos producidos durante la sesión principal (ácido láctico). Por eso es importante que esta parte final de tu entrenamiento sea a muy bajo ritmo y por un tiempo que no supere los 10 minutos, como para impedir que tu organismo siga generando residuos metabólicos.

Luego de hacer este breve y suave trote, busca un lugar cómodo y dedícale otros 5 a 10 minutos a los estiramientos musculares. Con este combo estarás sacando mucho más provecho a tus entrenamientos, asimilando mejor las cargas y recuperándote de forma óptima para la sesión del día siguiente.

¿Realizas una vuelta a la calma luego de tus entrenamientos?