Si bien se la menciona a Kathrine Switzer como la primera mujer en completar un maratón, en los 42k de Boston 1967, esto es una verdad a medias ya que la alemana fue en realidad la primera en hacerlo sobre asfalto. Varios años antes de ella hubo otra dama de hierro que se animó a la mítica distancia, pero en una carrera de montaña. Hablamos concretamente de la norteamericana Arlene Pieper, quien en 1959 consiguió finalizar la famosa Pikes Peak Marathon, una prueba legendaria celebrada en las montañas del estado de Colorado, Estados Unidos desde tres años antes, en 1956.
Arlene siempre estuvo muy ligada al deporte. Por aquellos años tenía junto a su esposo un gimnasio en Colorado Springs, llamado Arlene's Health Studio. Fue así que luego de entrenarse duro, decidió ser de la partida en el maratón de montaña en la edición 1958, toda una rareza para ese momento ya que jamás una mujer se había atrevido a tanto. Pero a pesar de sus esfuerzos no pudo logar su cometido, quedado en la cima de la montaña descalificada por no cumplir los tiempos de corte previamente establecidos por los organizadores.
Es que el duro recorrido de la competencia transcurre en un difícil terreno, y sube más de 7.815 pies (2382 metros) hasta llegar a un pico de 14.115 pies (4302 metros). No obstante, en la temporada siguiente Pieper regresó por su revancha, finalizando la prueba de 42 kilómetros en 9 horas y 16 minutos. Quizá lo más curioso fue verla llegar con unas zapatillas para jugar tenis a la línea de meta, ya que en esa época no existían los avances actuales en calzado de corredores.
También como anécdota quedó el segundo récord que consiguió su familia. Y es que su hija, Kathie Pieper, con tan solo 9 años, consiguió ser la más joven de la historia en alcanzar la cima del monte por el que transcurre la legendaria maratón de montaña.
Aquel hito logrado en 1959 pasó prácticamente desapercibido y el nombre de Arlene en el anonimato, ya que ni siquiera ella estaba al tanto de la naturaleza innovadora de su maratón, hasta que fue contactada por un historiador en 2009. A partir de allí, ella ha sido invitada de honor en el Pikes Peak Marathon, dando la orden de largada y formando parte de la ceremonia de premiación del evento, y ha sido fuente de inspiración de muchas otras mujeres en todo el mundo.