Algunas runners, especialmente las que tienen muy poca grasa corporal o aquellas que están entrenando muy intensamente para una carrera de resistencia como un maratón, pueden sufrir irregularidades en su período menstrual. Estos cambios en los ciclos hacen que las mujeres dejen de menstruar en los meses de entrenamientos más intensos y una vez que bajan la exigencia recuperan sus ritmos normales.
Pero la intensidad del ejercicio no es la única causa de esta irregularidad, que también puede deberse a una mala alimentación. La falta de algunos nutrientes esenciales también puede desencadenar este problema sobre todo si se trata una carencia de proteínas o hierro. Es importante alimentarse de forma equilibrada y suficiente como para compensar todas las calorías que se queman a través del ejercicio. En este sentido, hay que tener en cuenta que las mujeres atletas y vegetarianas pueden ser aún más susceptibles a la amenorrea, ya que suelen tener un déficit de proteínas, hierro y calorías en su dieta.
Los niveles bajos de estrógeno también pueden provocar estos desórdenes en la ovulación. Para aumentar los niveles de estrógeno, se recomienda comer alimentos ricos en zinc, como nueces, semillas y pescado, vitamina B6 que se encuentra en los morrones, huevos, pollo y arroz integral y consumir magnesio. Los niveles de estrógeno también pueden ser influenciados por otros factores tales como el sueño y el estrés. Es decir, también es fundamental tener tiempo para recuperarse y relajarse.
Por último, hay que saber que estas alteraciones en el ciclo de la mujer no deberían tomarse como algo normal si no que son un llamado de atención del cuerpo. Si mejorando la alimentación, aumentando el descanso y disminuyendo la intensidad el período no se normaliza se recomienda consultar a un médico ginecólogo.
¿Sabías sobre estos cambios que pueden ocurrir?