Los propóleos son unas mezclas resinosas de origen vegetal que tras procesarlo que procesan las abejas en sus colmenas, y lo utilizan para sellar pequeñas cavidades de sus interiores. Su origen se remonta a tiempos Aristóteles, cuando se empleaba para curar infecciones. Los Incas también lo usaban para bajar la fiebre, pero su uso se extendió en el siglo XVIII en Centro Europa para la curación de heridas, llegando hasta la actualidad con el auge de las medicinas naturales su uso se ha extendido para múltiples afecciones.
De origen natural, es rico en provitamina A y vitaminas del complejo B, siendo recomendado su uso en tratamientos contra el herpes, aftas y heridas bucales, inflamación en la mucosa, infecciones e inflamaciones de garganta. Las formas más comunes de consumirlo es en pastillas, con miel, o puro en gotas, siendo esta última la más efectiva, al entrar diluida en la garganta. Para un adulto la dosis recomendada 10 gotas por la mañana y 10 gotas antes de salir a correr disueltas en un vaso de agua o jugo de frutas.
Al ser un remedio natural, hay tantas corrientes de opinión positivas como negativas. Para unos es un milagro natural y para los otros un placebo. Pero lo cierto es que al ser rico en provitaminas y vitaminas del complejo B, tienen muchas de sus propiedades. La vitamina B es indispensable para el funcionamiento de nuestro organismo, y sirven fundamentalmente para producir energía a partir de los alimentos, mantener el sistema nervioso en buenas condiciones al igual que el sistema cardiovascular, fortalece el sistema inmunitario, para la salud mental, participa del crecimiento celular y es necesaria para la producción de hormonas, enzimas y proteínas por parte del organismo.
Otra característica de la vitamina B es que, a diferencia de otras vitaminas, no es fabricada por nuestro organismo por lo que es vital consumir alimentos con vitaminas para cubrir los requerimientos diarios de estos nutrientes.
¿Conocías acerca del propóleo?