Todos sabemos sobre la importancia que juegan las proteínas a la hora de la reparación muscular en nuestro cuerpo, y lo vital que resulta incluirlas de forma equilibrada y regular en nuestra dieta. Pero muy pocas veces se habla sobre qué puede suceder si nos pasamos de la raya y nos vamos al otro extremo, consumiéndolas en exceso.
En primer lugar hay que entender que todas las proteínas son moléculas que están formadas por aminoácidos unidos por un tipo de enlaces conocidos como enlaces peptídicos. Todas las proteínas están compuestas por carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno, que son nutrientes esenciales en todos los seres humanos, y la mayoría contiene además azufre y fósforo. Forman la base estructural del tejido muscular, y en las enzimas musculares son la principal fuente de energía. Las proteínas suponen aproximadamente la mitad del peso de los tejidos del organismo, y están presentes en todas las células del cuerpo, además de participar en prácticamente todos los procesos biológicos que se producen.
Entre todas las biomoléculas, las proteínas desempeñan un papel fundamental en el organismo. Son esenciales para el crecimiento, gracias a su contenido de nitrógeno, que no está presente en otras moléculas como grasas o hidratos de carbono. También lo son para las síntesis y mantenimiento de diversos tejidos o componentes del cuerpo, como los jugos gástricos, la hemoglobina, las vitaminas, las hormonas y las enzimas. Además ayudan a transportar gases a través de la sangre, como el oxígeno y el dióxido de carbono.
En cuanto a la cantidad que necesitamos, en general se recomienda aportar al organismo entre 40 y 60 gramos de proteínas diarias, pero estos números pueden variar según la edad o el estado de salud del riñón, por ejemplo. Además, la cantidad de proteína en deportistas debe ser mayor a la de personas sedentarias. Cuando se realizan un entrenamientos de resistencia, la cantidad de proteína recomendada está alrededor de 1,2 a 1,6 gramos por kilogramo de peso corporal al día.
Pero cuidado, que el exceso de proteína produce oxidación en el organismo en lugar de utilizarse para el aumento de la masa muscular. Así que si excedes por encima de lo que tu cuerpo requiere en proteínas el consumo de estas no será beneficioso. Si tu dieta tiene muchas más proteínas de las que tu cuerpo necesita, tu hígado se someta a una sobrecarga y también los riñones trabajarán a mayor grado. Por lo tanto si tienes algún problema renal o diabetes, el alto consumo de proteínas puede ocasionar serios problemas de salud.
Por último hay que aclarar que es muy difícil que con una dieta diaria balanceada se produzcan excesos considerables en la ingesta de proteínas. Esto suele estar más asociado al consumo de suplementos especiales, por lo que no es aconsejado utilizarlos sin la previa supervisión y recomendación de un médico o nutricionista que evalúe puntualmente tus necesidades.
¿Cuántos gramos de proteína consumes por día?