La flexibilidad de nuestros músculos y articulaciones es fundamental tanto para prevenir lesiones como para mantener nuestro rendimiento deportivo. Por lo contrario, tener poca capacidad de elongación producirá una reducción en la amplitud de los movimientos, lo que a su vez reduce el equilibrio, la coordinación y agilidad. Además, realizar actividad física con los músculos tensos puede desencadenar dolores en varias zonas del cuerpo, principalmente en la espalda, el cuello y las piernas. Pero eso no es todo, ya que la falta de flexibilidad también puede causar desalineamientos en todo el cuerpo, lo que se traduce en una mala postura, falta de fuerza y problemas biomecánicos al correr que luego puede determinar otros dolores.
Por todo esto, es clave realizar actividad física y acompañarla de estiramientos regularmente. Otro punto importante es alternar distintas disciplinas para no forzar siempre los mismos músculos. Se puede combinar la corrida con clases de yoga, natación o Pilates. Tres actividades que favorecen la elongación y la relajación. Simplemente, después de cada entrenamiento de running, cuando tu cuerpo ya está caliente y los músculos y tendones se encuentran más flexibles, debes estirarlos para que vuelvan a su estado normal. Si los ayudas a relajarlos estarán listo para comenzar el próximo entrenamiento. De lo contrario, si no los estiras, permanecerán rígidos para el próximo trabajo.
Recuerda siempre que la falta de elongación puede desencadenar lesiones como desgarros musculares y contracturas severas. Además, ten presente que los ejercicios de estiramientos no deben ser dolorosos. Se trata de elongar a cada grupo muscular durante unos 15-30 segundos, sin hacer "rebotes" y sintiendo que las fibras se estiran, pero sin que llegue a doler. Después de 30 segundos deja que el músculo se relaje y luego repite el mismo movimiento durante otros 15 a 30 segundos.
¿Estiras luego de entrenar?