Lo más común es que a medida de que pasan los años, por más que sigas entrenando y alimentándote correctamente aumentes algo tu peso corporal, debido a acumulación de tejido graso en zonas como el abdomen en los hombres o caderas en las mujeres. Ocurre que si permaneces en actividad tu metabolismo seguirá siendo algo, aunque menos que cuando eras un adolescente. Esto se debe a que ciertas hormonas como la DHEA bajan sus niveles, y éstas son las responsables de la distribución de la grasa en el cuerpo.
Si bien el paso de los años es inevitable, hay algunos hábitos saludables que ayudan a que el aumento de peso no sea elevado. Y además de la práctica regular de deportes como el running, la nutrición puede ser una llave a esto. Por ejemplo comer mayores cantidades de frutas y verduras reducen los picos y bajas bruscas de azúcar en sangre, lo que influye en las hormonas responsables de acumular grasa. Además, los productos integrales también ayudan debido a su alto contenido en fibra, cuyo efecto favorece un buen tránsito intestinal y una más efectiva eliminación de grasa.
En cuanto a la actividad física, hay que recordar que con los años nuestro cuerpo tiende a perder masa muscular, y esto atenta contra el rápido funcionamiento del metabolismo. Por eso, complementar el running con trabajos de fortalecimiento es una práctica que no sólo te posibilitará correr más y mejor, sino también perder algunos kilos de más.