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¿Realmente ayuda el hielo después de entrenar?

ESPN Run

La utilidad y efectividad de los baños de hielo para la recuperación de los músculos después de un esfuerzo intenso o prolongado se debate desde hace años, con opiniones encontradas. Por un lado, hay muchos entrenadores y atletas que los utilizan desde hace tiempo, con buenos resultados. Ellos aseguran que la inmersión en agua fría ayuda a las piernas cansadas a sentirse mejor, aprovechando más el trabajo realizado. Pero por otra parte algunos fisiólogos revelaron que la inflamación post entrenamiento (y el ligero dolor que aparece) estimula de manera positiva e importante a los músculos y al estado físico en general, por lo que enfriar y desinflamar rápidamente las piernas cortaría con este proceso.

Teniendo en cuenta esta dicotomía, una solución intermedia que aconsejan otros especialistas, sería evitar los baños de hielo en la primera etapa de un plan de entrenamiento específico y comenzar a utilizarlos después de determinadas sesiones una vez que la intensidad y la duración hayan aumentado de cara a una competencia. De esa manera, se refrescarán las piernas en la última y más pesada etapa de la planificación, lo que traerá un efecto de mayo confianza al corredor, que suele sentirse cansado en esta fase. Esta confianza generada en el runner es muy importante ya que, como sabemos, el factor psicológico es clave en una carrera, especialmente en las de larga distancia.

Por último, si vas a utilizar estas terapias, procura sumergirte en agua a temperatura normal y agregarle hielo después. De esa forma lograrás un enfriamiento gradual y no sufras tanto como lo harías en una inmersión directamente en agua helada. Y si el frío no es lo tuyo, prueba otras opciones. Algunos atletas utilizan baños de sales o hidromasajes. En ambos casos, hazlo sólo si de verdad crees que puede ayudarte. Distintos estudios demostraron que los deportistas que confiaron en que la terapia los ayudaría, mejoraron su rendimiento y en cambio aquellos que la realizan sin convencimiento, no notaron diferencias. Definitivamente, el factor psicológico es determinante.

¿Alguna vez te metiste en un baño de hielo?