Muchos runners cuidan obsesivamente sus dietas, al punto que se vuelven "fóbicos a las grasas". A pesar de que esté demostrado que estos nutrientes son necesarios para mantener sano al organismo, algunos deportistas la consideran como el enemigo número uno a la hora de mantener el peso corporal. En primer lugar, hay que distinguir entre los diferentes tipos de grasas. Las llamadas "buenas" son capaces de bajar nuestros niveles de colesterol, colaboran en la absorción de vitaminas, ayudan en la digestión y mejoran el metabolismo. Es por eso que el consumo de alimentos ricos en estas grasas es especialmente importante para los atletas que se dedican a correr largas distancias.
No olvides que quienes se privan excesivamente del consumo de estos alimentos incrementan el riesgo de lesiones y puede perjudicar su sistema inmune. Por ese motivo lo que debes hacer no es dejar de consumir grasas, sino llevar una dieta balanceada y principalmente investigar y conocer las diferencias entre las grasas buenas para tu salud como las monoinsaturadas, poliinsaturadas y omega 3, y las que pueden perjudicarte tales como las saturadas y las grasas trans. Estas últimas están presentes en los alimentos industrializados, fritos, golosinas y muchos snacks envasados, y esas son las grasas que debes evitar. Por lo contrario, las grasas buenas están presentes en alimentos como el pescado, las paltas o aguacates, aceite de oliva, frutos secos (almendras, avellanas, nueces, etc), o semillas de sésamo, lino, girasol etc., y son fáciles de agregar a tus comidas combinándolas con desayunos, colaciones, ensaladas o platos principales.
¿Consumes mas grasas buenas que malas?