En muchos posts sobre deporte se habla de bebidas isotónicas, que a pesar de que forman parte de nuestro día a día no todos saben diferenciarlas. Una bebida se considera isotónica cuando tiene la misma osmolaridad que los fluidos del organismo. Esto significa que contiene aproximadamente el mismo número de partículas de azúcares y electrolitos (es decir sales minerales) por cada 100 mililitros y, por consiguiente, es absorbida tanto o más rápidamente que el agua.
La mayoría de las bebidas isotónicas comerciales, también llamadas "bebidas deportivas", contienen entre 4 y 8 gramos de azúcar por cada 100 mililitros, además de sales minerales como el sodio, potasio o magnesio que perdemos durante el sudor. Por ello, cuando las ingerimos bebidas nos aseguramos que estamos incorporando a nuestro cuerpo un líquido con un equilibrio de sales similar al que tienen nuestras células, y por lo tanto lograremos reponer tanta agua como las concentraciones similares de sales que los que hemos eliminado con la transpiración. Y, además, las bebidas isotónicas también contienen hidratos de carbono con lo que nos proporcionan energía para la práctica de la actividad física.
Recuerda hidratarte correctamente antes, durante y después de tus entrenamientos aún en invierno o en épocas del año en donde las temperaturas son bajas. También en estas circunstancias nuestro organismo genera sudor como mecanismo de termorregulación, especialmente durante el ejercicio. No obstante, en estos casos cuando los entrenamientos que hagas sean menores a una hora de duración podrás reponer perfectamente las pérdidas de líquidos bebiendo agua, y al no haber producido gran cantidad de sudor las sales minerales perdidas se reponen mediante los propios alimentos incluidos en nuestra dieta.
¿Sueles consumir bebidas isotónicas?