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Consejos para runners indoor

ESPN Run

Especialmente para las épocas de invierno o momentos del año en los que los climas no acompañan demasiado, correr dentro del gimnasio sobre la cinta trotadora puede ser una buena opción para no perder sesiones de entrenamiento. Pero si vas a convertirte en un runner indoor, deberás tener en cuenta algunos consejos para poder así aprovechar al máximo cada zancada que des. Lo primero que debes hacer, si la cinta en la que corres te lo permite, es darle una inclinación de 1 grado, ya que de esa manera compensarás la falta de resistencia aerodinámica que supone correr sin tener que empujar el aire que tenemos delante. Por otro lado, comienza siempre a velocidades bien lentas, especialmente si no llevas la costumbre de correr sobre una cinta. Ir aumentando gradualmente la velocidad te permitirá dominar la técnica, que no es exactamente la misma que utilizamos al correr sobre suelo firme.

En cuanto a la ubicación sobre la cinta, procura moverte en la zona donde terminan las barras laterales de agarre, ya que si te adelantas a esta línea tus pies pueden chocar contra la protección delantera. Busca siempre una postura recta, sin mirar tus pies, tomando en cambio referencias laterales con tu vista, de la misma manera que lo haces cuando corres en la calle o en un parque. Y si la cinta que estás utilizando no tiene barras de agarre laterales, simplemente ubícate en su zona central.

También es una buena idea utilizar los elementos que el gimnasio te proporciona para mejorar tu técnica de carrera. En este sentido, en prácticamente todos hay espejos, así que aprovecha y mírate en ellos para de esa forma corregir tu estilo. Para esto, concéntrate en tres puntos clave: por un lado corre con el cuerpo estirado, con los hombros hacia atrás y la cabeza erguida, sin agacharte hacia adelante, lo que es un error muy común entre los runners de gimnasio. Por otro lado, busca siempre llevar tus codos en 90 grados y siempre braceando hacia atrás de la línea vertical de tu cuerpo. Nunca cruces tus brazos por delante de tu pecho y lleva las manos apenas cerradas y relajadas. Por último, procura que el contacto de tus pies con el piso sea siempre con la zona que está entre el talón y la parte media externas del pie, para enseguida inclinarlo hacia adentro. Esto movimiento se llama pronación y es algo natural en nuestra mecánica, que nos permite amortiguar mejor los impactos en cada zancada. Trata de evitar caer excesivamente con el talón o con la punta, ya que ambos extremos te provocarán problemas derivados de la sobrecarga muscular o de los impactos reiterados.

¿Sueles complementar tu entrenamiento con la cinta?