Además de ser utilizado para saborizar comidas en todo el mundo, desde la antigüedad se ha utilizado al ajo por sus diversas propiedades terapéuticas y fisiológicas. Aunque generalmente cuando se habla de estas virtudes los argumentos se centran en el aspecto medicinal o de la salud, ya sea de prevención de enfermedades o de sus tratamientos, este vegetal tiene mucho para ofrecer a los deportistas, entre ellos a los runners, especialmente ayudando a nuestro sistema cardiovascular. En concreto, el consumo regular de ajo promueve el ensanchamiento y estrechamiento de los vasos sanguíneos, lo que es importante para el cuerpo a la hora de controlar su presión arterial y mejorar la circulación sanguínea, optimizando así el abastecimiento de oxígeno a tus músculos. Además, reduce el colesterol y contenido total de lípidos en la sangre. En este sentido cabe destacar que una de las principales causas de infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular es la acumulación de estas grasas en las paredes de las arterias.
Por otro lado, debido a la vasoconstrucción de la vasculatura pulmonar que lleva a la hipertensión pulmonar asociada con la exposición a la hipoxia (estado de deficiencia de oxígeno en la sangre, células y tejidos del organismo) el extracto de ajo puede mostrar potencialmente efectos ergogénicos en atletas que realizan ejercicio en hipoxia. Además, algunos estudios muestran resultados prometedores en términos de rendimiento deportivo y retraso de la fatiga, aunque esto todavía no se han confirmado en atletas.
Otro beneficio para los corredores está en que el consumo de ajo ayuda a prevenir la hiperglucemia, es decir a controlar los altos niveles de azúcar en la sangre. Y en cuanto a la salud el ajo no solo ha demostrado ayudar a combatir y prevenir resfriados y gripes potenciando el sistema inmunológico, sino que también presenta propiedades anti-cancerígenas. Esto se debe a su capacidad de eliminar radicales libres que pueden causar daño celular, así como de mejorar de la protección de las células contra el daño oxidativo.
En cuanto a sus valores nutricionales, cada 28 gramos de ajo una persona consume un 17% de los valores diarios recomendados de vitamina B6, un 15% de los valores de vitamina C y buenas cantidades de calcio, cobre, potasio, fósforo y hierro. Además, el azufre que contienen los químicos del ajo son responsables de la mayoría de estos beneficios, son además los compuestos que producen su olor y sabor característicos.
¿Sueles incluir ajo en tu dieta?