No son pocos los runners que suelen sufrir calambres en las piernas durante los entrenamientos o competencias. Una de las causas de estas fallas musculares está en la falta de minerales como el potasio o el calcio, aunque no son las únicas: también aparecen ante problemas de la circulación sanguínea, deshidratación del cuerpo o cambios metabólicos durante el embarazo.
La parte buena de esto es que podemos adoptar ciertos hábitos que pueden mantenernos alejados de estas dolorosas y molestas contracciones musculares involuntarias. Uno de estos hábitos, tal vez el más importante está en la hidratación. Ingerir agua y bebidas isotónicas de forma regular, de a pequeños sorbos durante todo el tiempo que estemos haciendo ejercicios repondrá líquidos y sales minerales (presentes en las bebidas deportivas), que son fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo. Recordemos que algunas de ellas como el sodio intervienen en la contracción muscular, y por lo tanto de producirse un déficit nuestro cuerpo responderá dándonos señales. Y muchas veces, esas señales aparecen en forma de calambres. Por eso, una vez más vamos a repetirlo: aprendamos a escuchar siempre a nuestro organismo.
También a la hora de reponer sales minerales es importante mantener una nutrición adecuada, rica en variedad de frutas y verduras que contengan micronutrientes como potasio y calcio. Y si estos problemas se repiten en el tiempo, es posible que tu cuerpo esté experimentando una carencia puntual de algunas vitaminas o minerales, por lo que lo recomendable será acudir a un especialista para que mediante exámenes de sangre y otros chequeos pueda diagnosticar con precisión tu caso y así encontrar la solución.
¿Vos tomás alguna medida para evitar los calambres?