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Los beneficios del yoga como entrenamiento cruzado

ESPN Run

Un entrenamiento cruzado es aquel mediante el cual trabajamos determinadas habilidades fuera de los ejercicios específicos propios del deporte que practicamos. Por ejemplo, para los runners los entrenamientos cruzados más comunes son las sesiones de ciclismo en todas sus variantes, natación, crossfit o yoga. Hoy hablaremos de esta última actividad, que no sólo es capaz de ayudarnos a mejorar nuestra concentración, relajarnos y liberarnos del stress, sino que además logra grandes avances desde lo físico.

Esta disciplina milenaria consiste en mantener durante tiempos puntuales una serie de posturas corporales determinadas con el fin principal de conectar a nuestro cuerpo y mente. No se trata de una pócima mágica ni la solución a todos nuestros problemas de salud, pero existe un consenso generalizado acerca de sus efectos positivos sobre el organismo humano, que contribuyen a que alcancemos una mayor calidad de vida. Entre sus beneficios algunos pueden interesar puntualmente a los runners, y uno de ellos es la posibilidad de fortalecer nuestra musculatura y aparato óseo. En concreto, la práctica del yoga ayuda a fortalecer los músculos, pero evita que se acumule ácido láctico en el cuerpo y no reduce la flexibilidad. Y como sabemos, tener una musculatura definida protege los huesos, evita lesiones y previene enfermedades que afectan a nuestras articulaciones como la artritis. Por el lado de los huesos, está demostrado que el yoga ayuda a reforzarlos y a frenar la pérdida de masa ósea. Además, es fundamental para prevenir lesiones y fracturas. Con el yoga también se consigue mejorar la postura corporal, algo que incide directamente en la salud de la columna vertebral.

Pero esto no es todo: la práctica del yoga también nos ayuda notablemente a aumentar la flexibilidad, un factor fundamental para nuestro rendimiento físico a la hora de correr. Más allá de avanzar en las posturas, la flexibilidad nos ayuda enormemente a evitar lesiones. Si bien es muy común que al empezar en el yoga la falta de flexibilidad sea de los aspectos que más dolores de cabeza provocan, especialmente entre los hombres, con constancia y aumentando progresivamente la presencia en las posturas se consiguen mejoras notables. De esta forma, a medida que aumenta la flexibilidad desaparecen muchos de los dolores musculares provocados por las tensiones y por las malas posturas. Por esto último, el yoga es muy efectivo al aliviar la mayoría de los problemas crónicos como el dolor de cuello, la artritis reumatoide, dolor de rodillas, lumbalgia, dolor de espalda crónico, ciática o fibromialgia, entre otros.

Por otro lado, el yoga nos ayuda a mejorar la respiración, una función clave para cualquier persona y fundamental para quienes practican deportes de resistencia como el running. Sucede que optimizando nuestra respiración podemos lograr una mejora sustancial en la oxigenación de todo el organismo. La respiración conocida como abdominal o diafragmática, que en la inspiración se inicia en el abdomen para continuar en la zona intercostal y terminar en la clavícula, y en la espiración sigue el recorrido a la inversa, incrementa la oxigenación de las células. Además, respirar de manera profunda y a un ritmo pausado ralentiza el ritmo cardiaco y relaja los músculos.

Finalmente, otro beneficio "oculto" del yoga está en la quema de calorías. Algunas investigaciones han consensuado que la práctica de variantes como el Vinyasa Yoga implica un gasto calórico promedio de 7 kcal por minuto, lo que equivale a quemar unas 507 calorías por hora, algo muy valioso para quienes buscan deshacerse de algún que otro kilogramo de más. Por lo tanto, si estás buscando sumar a tus sesiones de running algunos entrenamientos cruzados durante la semana, contempla seriamente al yoga entre las posibilidades.

¿Complementás tus entrenamientos con yoga?