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Correr durante y después de un embarazo

Cómo y cuándo correr mientras se espera un hijo es una de las cuestiones a las que se enfrentan muchas runners. En este sentido, lo primero que hay que dejar en claro es que como cada caso es particular, es indispensable la consulta al médico personal, para que evalúe e indique si es posible entrenar durante el embarazo, en qué períodos y con qué recaudos. Pero en líneas generales, y más allá de casos en los que existan complicaciones, la mayoría de las futuras mamás pueden correr, especialmente durante los primeros 3 meses en donde sólo hay que tener en cuenta reducir los ritmos, procurando además correr en lugares planos y sin irregularidades en el terreno. También es importante evitar entrenar con climas muy calurosos y húmedos, o hacer ejercicios prolongados extenuantes, ya que aumentar considerablemente tu temperatura interna puede perjudicar al bebe.

Siempre y cuando se hagan las consultas y los exámenes pertinentes lo permitan, en el período que va de los 3 a los 6 meses de embarazo, se puede continuar haciendo actividad física, aunque aquí ya hay que tener otros cuidados. En esta etapa el vientre empieza a crecer, entonces la corredora puede enfrentar los cuestionamientos ajenos. Son muchos los mitos que rodean al embarazo y al running. Por miedo a que el deporte perjudique su salud o la del bebé, muchas mujeres abandonan los entrenamientos cuando descubren que van a ser mamás. Sin embargo, está comprobado que hay una serie de beneficios relacionados con la actividad durante la gestación, siempre que esté autorizada por el médico. En estos casos, es importante durante esta etapa disminuir los impactos y prestar atención a la frecuencia cardíaca, evitando que los latidos estén por encima de 140 por minuto. Es esencial también beber mucha agua para no deshidratarse, ni disminuir el flujo sanguíneo para el útero y causar contracciones.

Ya en el período final del embarazo, que va de los 6 a los 9 meses, la panza se hace cada vez más grande y esto modifica el centro de gravedad, alterando el equilibrio. Por esto, lo ideal es hacer otro tipo de actividades como caminatas, elíptica, natación o ejercicios de gimnasio, que no presentan impactos y a su vez mantienen los beneficios del movimiento físico.

Por último, en la etapa de post parto, en caso de que no haya sido por cesárea, es posible volver a correr con muy baja intensidad e ir aumentando poco a poco desde la segunda semana, siempre y cuando estés dispuesta. Ya en el caso de cesárea es necesario esperar cerca de tres meses para la total cicatrización de la pared abdominal, evitando la formación de hernias.

En definitiva, es posible mantener una vida físicamente activa mientras se cursa un embarazo y luego de finalizado. Todo dependerá de que el médico que sigue el proceso de cerca lo evalúe y no indique lo contrario.

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