Como ocurre en cualquier actividad, cuando empezamos a correr solemos cometer errores frecuentes, como por ejemplo no alternar el tipo de entrenamientos, hacer siempre el mismo trabajo o subestimar los entrenamientos de fuerza y técnica. Respecto a este último punto muchos runners comienzan a entrenar y se exceden con la intensidad de los ejercicios, las repeticiones, la cantidad de peso levantado, y la frecuencia. Sucede que muchas veces la motivación lleva al exceso de entrenamiento, y contrariamente a lo que se suele pensar en esos momentos, esto no es bueno ni para tu salud ni para tu rendimiento deportivo. Para evitar este problema es útil llevar un registro del entrenamiento y respetar el trabajo progresivo. También es muy común ver cómo el running es subestimado por personas que han practicado otros deportes como fútbol, hockey, etc. Si bien en los deportes en equipo también se corre, no es lo mismo hacer un trabajo continuo que jugar un partido dentro de una cancha. Aunque sólo se trate de correr, el running es un deporte que requiere de mucho cuidado como una buena entrada en calor, uso del calzado correcto y una buena técnica de carrera. Por todas estas razones es importante no subestimar a este deporte y todas sus aristas.
Otro de los errores frecuentes es no aprender con un profesional. Entrenando en base a observar lo que hacen los demás puede ser una tentación, pero difícilmente así obtengas buenos resultados ya que cada cuerpo es un mundo aparte. Para hacer un entrenamiento correcto y prolijo, el primer paso es definir cuáles son tus objetivos. Pero cuidado, estas metas deben ser realistas y tienen que adaptarse a tus horarios y disponibilidad para entrenar. El segundo paso será buscar un profesional que pueda pensar y diagramar un programa de acuerdo a tus objetivos y tu actual condición física. El problema de no respetar esto es que con un entrenamiento indefinido es más difícil conseguir y proponerse buenos resultados.
Por último, hablemos del famoso "estancamiento", que suele suceder por no cambiar el tipo de entrenamiento. Al hacer lo mismo todos los días, un atleta se puede convertir en un especialista en ese tipo de actividad. Por ejemplo, si durante un mes corremos siempre 40 minutos suaves seremos expertos en ese trabajo. Pero como contrapartida no mejoraremos ni nuestra velocidad, ni nuestra resistencia. En el ejercicio, esto se llama el principio de adaptación. Básicamente significa que llegamos a ser muy eficientes al hacer el mismo ejercicio una y otra vez. Esto es muy bueno para sentirnos bien corriendo, pero no tanto para la pérdida de peso, aumento de la fuerza, o mejorar la aptitud física. Si siempre haces el mismo ejercicio, es muy probable que caigas en una meseta producto de moverte en esa zona de confort que has creado. Una forma de superar esta meseta es modificar los entrenamientos e ir alternando corridas suaves con ágiles. En el caso del gimnasio es importante cambiar los ejercicios, las repeticiones y las cargas.
¿Te sirvieron estos consejos?