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Evita el dolor en el vientre al correr

ESPN RUN

Punzadas, dolor de caballo, flato, dolor de bazo, son diferentes nombres que recibe un mismo problema que aqueja a muchos corredores y se caracteriza por un fuerte y repentino dolor en la zona lateral del vientre el correr. Es común en personas que recién comienzan con la práctica deportiva o lo hacen demasiado rápido, aunque los más experimentados no están exentos de sufrir de vez en cuando.

Si bien hay muchas teorías que tratan de explicar por qué sufrimos este dolor, la ciencia no tiene actualmente consenso sobre origen. No obstante, la mayor parte de los especialistas afirma que la causa más probable es un espasmo del diafragma, que es una lámina muscular que se extiende por la parte inferior de la caja torácica y juega un papel importante en la respiración. Al igual que los músculos de nuestras piernas, el diafragma puede fatigarse y sufrir calambres cuando se somete a demasiada tensión. Es por eso que el llamado dolor del caballo tiende a aparecer entre los corredores principiantes o a los que aceleran de forma muy repentina el ritmo.

Otro factor que puede derivar en este espasmo es una mala postura al correr. Llevar una mala técnica al hacer ejercicios es perjudicial para tu respiración, por lo que trabajar este aspecto es fundamental no sólo para mejorar tus tiempos. Además, al correr intenta que tu inhalación de aire no solo sea por la nariz, sino al mismo tiempo también por la boca. Pero contrólate ya que hacerlo desesperadamente hará que el estómago e intestinos se llenen, aumentando su volumen y generando molestias. Y en este sentido otro buen hábito para evitar la aparición del temido "flato" es no comer antes de entrenar. Ingerir alimentos o agua poco antes de hacer ejercicio hará que tu respiración sea entrecortada, lo que provocará que tus órganos abdominales se dilaten por mucho tiempo.

Además de todo lo mencionado, no olvides fortalecer tu zona del "core", especialmente tus músculos abdominales. Unos minutos de ejercicios como la plancha y escaladores tres veces por semana ayudará a mantener fortalecido tu diafragma, haciéndolos más resistentes a la fatiga y menos propensos a sufrir estos espasmos. Y si a pesar de haber hecho todo esto el dolor aparece, disminuye tu ritmo o detente durante unos minutos hasta que tu cuerpo normalice su actividad.

¿Sufríste este dolor alguna vez?