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¿Son saludables las dietas restrictivas?

Cómo evitar poner en juego tu salud y tu rendimiento deportivo. Freepik

No son pocas las personas que por quererse quitar algunos kilos de grasa corporal recurren a dietas restrictivas, que básicamente consisten en pasar hambre para así lograr un déficit calórico que concluya en la utilización como "combustible" para el organismo de los lípidos acumulados. Pero el problema de esto no sólo es que te dejará sin energías para cumplir con tus entrenamientos y así progresar en el deporte, sino que además también pueden poner en juego tu salud. En otras palabras, es posible que nos quitemos esos kilos de encima, pero también provoquemos un verdadero trastorno de la conducta alimentaria que terminará en una disminución en el rendimiento y en problemas más graves para nuestro organismo. En cuanto al primer problema, hay que entender que si bien una bajada de peso hará que un runner se sienta más liviano, si queremos mejorar nuestra calidad como corredores tenemos que ser capaces de llevar a cabo entrenamientos de calidad. Estos consisten en llevar adelante sesiones de fuerza, series de velocidad, cuestas, o cambios de ritmo. Todos estos trabajos son necesarios para mejorar cualidades como la potencia y la velocidad, y para poder cumplirlos necesitarás buenas reservas de glucógeno muscular. Si seguimos una dieta demasiado restrictiva y baja en carbohidratos no permitiremos a nuestro cuerpo rellenar estas reservas, y por lo tanto no podremos completar estas sesiones de entrenamiento de forma correcta. Es decir, seremos corredores livianos, pero lentos y débiles.

Pero eso no es todo, ya que como dijimos también ponemos en juego a nuestra salud, principalmente debido al debilitamiento de las defensas que se produce cuando no nos nutrimos correctamente. Es importante tener presente que el ejercicio físico intenso de larga duración produce un deterioro transitorio del sistema inmunitario, debido fundamentalmente a una disminución de los niveles de glucosa, un nutriente imprescindible para cubrir las demandas de energía de las células inmunitarias. Además al entrenar hay un aumento de las concentraciones de hormonas de estrés, entre ellas el cortisol, que producen una supresión temporal del sistema inmunológico. Y por otro lado, ante esta situación también aumentará el riesgo de sufrir lesiones ya que una dieta inadecuada no va a permitir que los músculos se recuperen correctamente entre cada sesión. Y como si fuese poco, una falta de energía durante el entrenamiento puede hacer que estemos poco concentrados, con una técnica de carrera insuficiente aumentando las posibilidades de lastimarnos.

En definitiva, si buscas generar un déficit calórico para así bajar de peso, no deberías recurrir a dietas restrictivas sino a planes de alimentación balanceados, que te permitan reducir en un número cercano a las 400 kcal diarias, sin poner en juego tu salud ni tu rendimiento deportivo.

¿Cómo te aseguras de darle a tu cuerpo los nutrientes que necesita?