Uno de los aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir tu calzado para running es tu tipo de pisada. En este sentido, los runners son divididos en tres grandes grupos: pronadores, supinadores y neutros. La mejor manera de entender a qué grupo perteneces es mediante un estudio dinámico de la pisada, que se realiza incluyendo tecnologías de sensores especiales. Son pequeñas alfombras que escanean la distribución de la fuerza de cada pie de forma independiente tanto al correr como al caminar, y arrojan datos muy precisos que son analizados luego por un software desarrollado para eso. Con esos resultados, el especialista a cargo del estudio podrá luego recomendarte el uso de un calzado determinado o bien la confección de plantillas correctivas de ser necesario.
De todos modos, por infraestructura o costos este tipo de estudios no está al alcance de muchos corredores. No obstante, podemos recurrir a hacer nuestros propios análisis para determinar así cómo pisamos. Si bien estos métodos no tienen la precisión de las tecnologías, pueden darnos aproximaciones que nos serán de utilidad a la hora de elegir de la mejor manera nuestras zapatillas para running.
Es importante entender que la pronación es el mecanismo natural por el que el cuerpo amortigua el impacto contra el suelo. En mayor o menor medida todos hacemos este movimiento con el pie, desde su contacto con el piso hasta el despegue. La diferencia entre los tres grupos de pisada está en el movimiento que hacemos durante esa fase de recorrido de la pisada.
Veamos entonces una serie de signos y síntomas que nos posibilitan entender si somos pronadores o supinadores. En primer lugar, analicemos el desgaste o deformidades de nuestras zapatillas. Cuando hay exceso de deformidad en el material de los laterales externos de la zapatilla, muy posiblemente estamos ante un pie supinador. Por otro lado, cuando el desgaste excesivo es de la suela a nivel del talón, tanto por externo como por interno, podremos entender que es supinador o pronador, respectivamente. También suele darse en pisadas supinadoras la rotura del material que recubre los laterales del tobillo de la zapatilla.
También podemos analizar la sintomatología que pueda presentar el pie. Cuando hay sobrecargas del tejido lateral interno de nuestros tobillos, suele tratarse de una pisada pronadora. Por su parte los pronadores suelen sufrir reiterados esguinces de tobillo, mientras que la fascitis plantares recurrentes suelen aparecer en casos de pronadores.
¿Ya conoces tu tipo de pisada?