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3 reglas para los runners principiantes

Comienza despacio, poco a poco y construye una buena base. Freepik

Empezar a correr puede ser una mezcla de sensaciones que van desde la euforia a la desilusión en algunos casos. Para que esto no te pase, no te rindas y no te sientas abrumado, presta atención a estas tres reglas que te ayudarán a mantener la motivación en el running. La primera regla es no sentir vergüenza por caminar. Muchos corredores, tanto principiantes como avanzados, creen erróneamente que caminar en tramos para tomar descansos en sus sesiones de entrenamiento de alguna manera los convierte en "no corredores". Esto no solo es totalmente falso, sino que además si haces un par de descansos para caminar durante un entrenamiento puedes tener beneficios a nivel fisiológico.

De hecho, para muchos principiantes caminar y correr es la mejor manera de adaptarse a una nueva rutina de running, tanto física como mentalmente. Por eso, si correr 5 kilómetros sin parar te parece muy difícil, intenta correr durante cinco minutos y caminar durante cinco minutos para un total de 30 minutos. A medida que te pones en forma, gradualmente puedes caminar menos y correr más hasta que, antes de que te des cuenta, estarás completando tus primeros 5k.

La segunda regla es que no siempre se tiene ganas de correr, y eso está bien. Otro concepto erróneo común que tienen los nuevos corredores es que los runners experimentados siempre tienen ganas de salir a correr y nunca luchan contra la falta de motivación. Esto en muchos casos no podría estar más alejado de la verdad. Los runners de todos los niveles, hasta los atletas olímpicos, tienen días en los que prefieren quedarse en la cama que salir a correr. Por eso si tienes un día, dos, o tres en los que no estás con ganas, no tiene nada de malo. Tampoco significa que debas tirar la toalla, sino que simplemente cuando tu motivación disminuya intentes convencerte de salir y correr, inclusive alternando caminatas, por solo 10 minutos.

Lo más probable es que, una vez que salgas, te sentirás mejor y querrás seguir adelante. Si no lo hace, un trote de 10 minutos aún puede tener un impacto positivo en su salud y su estado de ánimo. La tercera regla tiene que ver con un error común: no tienes que correr rápido todo el tiempo, y de hecho no deberías hacerlo. Muchos runners que se están iniciando piensan que tienen que salir y correr lo más fuerte que puedan, o de lo contrario no hicieron un buen entrenamiento. Este enfoque casi siempre conducirá a lesiones y agotamiento. Comienza despacio, poco a poco y construye una buena base. Aprende a disfrutar corriendo primero y luego, más tarde, agrega la velocidad.

¿Ya estás listo?