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Relevos, para entrenar con amigos o con tu pareja

Muchos creen que el running es un deporte individual, pero nada más alejado de eso. Si bien a la hora de las clasificaciones de las carreras, los runners se evalúan uno a uno y los tiempos son personales, tanto en el recorrido de la competencia como en los entrenamientos previos hay muchísimo trabajo en equipo.

Refiriéndonos a la etapa de preparación, es decir a los meses previos a una carrera, contar con otras personas con las que podamos compartir los entrenamientos hace que por un lado todo sea más llevadero y divertido. Pero, al mismo tiempo, también hace que podamos sacar provecho desde lo fisiológico, especialmente cuando se trabaja en equipo en entrenamientos fraccionados como las series, en los cambios de ritmo (fartlek), o en sesiones como las que veremos hoy: los relevos. Si, al tener amigos o pareja que también compartan tu mismo gusto por el running, un entrenamiento de relevos es una excelente manera para que todos hagan algo de trabajo de velocidad juntos. Una pista es un lugar perfecto para hacer estas sesiones, pero incluso un parque, plaza, ruta, o un circuito pequeño en calles de barrio también sirven a la perfección. En cualquier caso procura armar un circuito cerrado, es decir que dé una vuelta y finalice en el punto justo donde comenzó, y que en total mida entre 300 y 500 metros.

Para hacer el entrenamiento de relevos, como en toda sesión de velocidad y cambios de ritmo, es muy importante hacer primero una correcta entrada en calor, que podrán hacer sin problemas juntos con un trote suave de cinco a diez minutos. Luego, uno de los dos correrá una vuelta a la pista o al circuito a un ritmo rápido, mientras que el otro espera. Cuando el primer corredor llegue al punto de partida, el otro partirá. La idea es que sigan alternando vueltas así durante 15 a 20 minutos, y tomarse los tiempos entre los dos para ir tratando de mejorar semana a semana. Finalmente, vuelvan a trotar juntos durante 5 minutos de forma muy suave. El ritmo deberá ser tal que les permita hablar sin problemas. Así no solo estarán haciendo la vuelta a la calma sino también compartiendo los comentarios de lo que vivieron y cómo se sintieron en cada vuelta.

¿Te animas a intentarlo?

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