San Francisco no puede darse el lujo de dejar pasar más oportunidades si todavía aspira a una corona divisional
SANTA CLARA -- En febrero, dos días después de que los San Francisco 49ers se quedaran a las puertas de ganar el Super Bowl por cuarta vez en cinco años, le preguntaron al gerente general John Lynch qué haría falta para superar por fin el bache.
Lynch no respondió con una posición específica que necesitara refuerzos, sino con un concepto más abstracto: Los 49ers necesitaban "cerradores en todas las áreas del equipo".
San Francisco necesitaba encontrar la pieza que le faltaba para hacer la tacleada o recibir el pase que inclinaría el péndulo a su favor contra equipos como los Kansas City Chiefs, en escenarios tan grandes como el Super Bowl.
Pero al cabo de cinco partidos de la temporada 2024, puede que los Niners ni siquiera tengan lo suficiente para superar a dos rivales supuestamente inferiores de la NFC Oeste; Los Angeles Rams y los Arizona Cardinals. Eso resultó evidente en las brutales derrotas ante cada uno de esos equipos; en ambos partidos los 49ers tuvieron ventajas de dos dígitos en el último cuarto.
Entre 2017 y 2023, los 49ers compilaron una marca de 51-2 durante la temporada regular bajo la dirección del entrenador Kyle Shanahan cuando lideraban por dos dígitos en el último cuarto, aunque perdieron el Super Bowl LIV en dicho escenario y mantuvieron una ventaja de 10 puntos en el segundo cuarto del Super Bowl LVIII.
Si bien hay mucho tiempo para que estos 49ers descubran cómo superar a sus adversarios, el encuentro del jueves por la noche con los Seattle Seahawks tiene importantes implicaciones para ser un partido de la Semana 6: una derrota dejaría a los Niners tres partidos detrás de los Seahawks --incluido el desempate-- con marca de 0-3 en la división y 0-4 en la conferencia. Una victoria los devolvería al primer puesto de la NFC Oeste.
Si los 49ers pretenden encontrar el toque final que les ha faltado hasta ahora, hay muchas áreas que tendrán que mejorar, empezando por estar sanos, resolver los problemas de la zona roja, ganar la batalla de las pérdidas de balón y mejorar internamente en defensa y los equipos especiales. Nada de esto será rápido o fácil de solucionar, pero sin ello, la ventana del Super Bowl para este núcleo podría cerrarse antes de lo que nadie esperaba en el cuartel general de los 49ers.
Los Niners de 2023 fueron un monstruo en la temporada regular, con abultadas ventajas y victorias holgadas. Para los tantos hombres que siguen en la plantilla de este año, las oportunidades desaprovechadas han sido un recordatorio de que cada año es diferente y que hay una línea muy delgada entre 4-1 y 2-3.
"Cuando estás en ventaja, debes acabar con ellos", dijo Shanahan. "La forma de hacerlo es seguir anotando, y si no lo haces, no puedes darle vuelta y debes frenar a la gente al final".
Lesiones
Durante los primeros seis años de la época Shanahan/Lynch, los 49ers estuvieron constantemente asediados por lesiones, tanto en cantidad de dolencias como en la calidad de los jugadores que las sufrían. Esto se normalizó un poco en 2023, cuando San Francisco tuvo un AGL (métrica que estima el impacto de las lesiones en los equipos) de 34.5, el cuarto más bajo de la NFL.
Fue la primera vez en una década que los 49ers ocuparon un puesto mejor que el N° 20 y aproximadamente una quinta parte de la marca máxima de 161.6 partidos perdidos ajustados en la temporada 2020, que no incluye los partidos perdidos por los protocolos de COVID-19.
Esta campaña, todo el progreso en materia de lesiones que San Francisco logró en 2023 se ha disipado. Ya sea por el efecto acumulativo de tantas carreras largas de postemporada o simplemente por mala suerte, los Niners han lidiado con una devastadora racha de problemas físicos.
El corredor Christian McCaffrey (tendinitis del tendón de Aquiles), el apoyador Dre Greenlaw (desgarro del tendón de Aquiles izquierdo) y el tackle defensivo Javon Hargrave (desgarro del tríceps derecho) están en la lista de lesionados. Hargrave estará fuera toda la temporada, mientras que San Francisco espera que Greenlaw y McCaffrey puedan volver en algún momento a mediados de la campaña.
El plantel de los 49ers cuenta con 11 jugadores que han disputado al menos un Pro Bowl en su carrera. De esos 11, cinco (McCaffrey, Hargrave, el ala cerrada George Kittle, el receptor abierto Deebo Samuel Sr. y el profundo Talanoa Hufanga) se perdieron al menos un partido por lesión, y otros cuatro (el esquinero Charvarius Ward, el apoyador Fred Warner, el tackle izquierdo Trent Williams y el ala defensiva Nick Bosa) han lidiado con lesiones de corta duración que les dificultaron completar los partidos.
El receptor abierto Ricky Pearsall, elegido por el equipo en la primera ronda del draft, permanece en la lista de bajas por lesión por motivos ajenos al fútbol americano tras recibir un disparo en el pecho en un intento de robo una semana antes del inicio de la temporada.
"Cada vez que tienes lesiones, todos saben que se hace más difícil", dijo Shanahan. "Pero la gente sufre lesiones en toda la liga y debemos ser capaces de superarlas".
La buena noticia es que algunos de esos reemplazos --como el receptor abierto Jauan Jennings y el corredor Jordan Mason-- lograron sacar provecho del creciente número de oportunidades.
Aun así, todas esas lesiones le ponen más presión a la profundidad de los 49ers, un área que se ha visto debilitada por la cantidad de estrellas con contratos caros en el plantel y las selecciones de draft que se canjearon en los últimos años.
Problemas en la zona roja
Para cerrar los partidos, los 49ers deben empezar por terminar las marchas con touchdowns en lugar de goles de campo. Eso nunca fue más evidente que contra los Cardinals en la Semana 5, cuando los 49ers terminaron 1 de 6 en la zona roja tras lograr 9 de 9 contra Arizona la temporada pasada. Esos fallos tampoco se pudieron achacar a una sola cosa, ya que Mason perdió el balón dentro de la línea de 10 en una de las últimas marchas, y las infracciones empujaron a los Niners fuera del alcance de gol de campo en otro. De haber sumado puntos en cualquiera de las dos marchas, San Francisco probablemente habría ganado el partido.
En 2023, los 49ers lideraron la NFL en eficacia de touchdown en la zona roja (67.2%) y fueron incluso mejores en escenarios de gol dentro de la yarda 10 (82.9%).
A pesar de que su ofensiva mueve el balón constantemente, la unidad de este año se ha estancado dentro de la línea 20 del rival a un ritmo alarmante. San Francisco marchó a la zona roja 22 veces (la segunda mayor cantidad de la NFL), pero sólo ha convertido el 40.9% de esas ocasiones en touchdowns (N° 29 en la NFL) y sólo consiguió anotar en la mitad de las marchas que lo pusieron en situación de gol dentro de la yarda 10, marca que ocupa el N° 31 lugar de la liga.
¿Por qué? La explicación más sencilla es que los 49ers no tienen a McCaffrey, cuya habilidad como corredor de rutas y receptor de pases a menudo le permitía ganar los enfrentamientos uno contra uno ante las defensivas para facilitar los pases del mariscal de campo, Brock Purdy. Lideró la liga en toques (75), yardas desde la línea de golpeo (254) y touchdowns (18) en la zona roja hace una temporada.
Si bien Mason ha corrido bien en lugar de McCaffrey, no atrae la misma atención como receptor de pases. “Puedes hacer mucho con Christian desde el backfield”, dijo Purdy. “Si lo alineas como receptor abierto, las defensas tienen que tener un plan para eso. Es un poco diferente, pero a pesar de todo tenemos los jugadores para hacerlo posible”.
De hecho, la ausencia de McCaffrey no es la única razón de los problemas en la zona roja. Los 49ers también tuvieron problemas con las penalizaciones, la eficacia con el manejo del balón y las jugadas negativas. En cinco partidos, ejecutaron 28 jugadas en las que ganaron cero o yardas negativas en la zona roja, la mayor cantidad en la NFL y acercándose rápidamente a las 43 que tuvieron en toda la temporada pasada.
La incapacidad de avanzar con el balón de manera eficaz hizo que Purdy cargue con parte de la culpa de los fracasos en la zona roja. San Francisco está lanzando más el balón en la zona roja que la temporada pasada, aumentando del 45% (43.9) de pases diseñados en 2023 al 50.7% (49.3) en lo que va de temporada.
Sin McCaffrey, sin embargo, los espacios ya pequeños se volvieron aún más estrechos, lo que llevó a Purdy a fallar en las lecturas y a retener más el balón. Su tiempo promedio para lanzar en la zona roja es de nada menos que 3.43 segundos, frente a los 2.97 del año pasado.
“Todo empieza por mí”, dijo Purdy. “Tengo que ser mejor y más agresivo abajo. Y luego, colectivamente, como unidad ofensiva, una vez que lleguemos allí, nuestra mentalidad tiene que ser a todo o nada”.
Pérdidas de balón
La noche anterior a la derrota de los 49ers ante Arizona, Shanahan hizo hincapié en la importancia de la batalla contra las pérdidas de balón.
Sería difícil encontrar un equipo que ejemplifique eso más que los Niners de Shanahan. Desde 2019 hasta 2023, los 49ers quedaron 33-3 con una marca +1 o mejor en el margen de pérdidas de balón, incluido un perfecto 21-0 cuando quedaron +2 o mejor. terminaron 16-4 cuando el margen de pérdidas de balón fue parejo y 5-22 cuando lo perdieron.
¿La explicación más sencilla para las ventajas desperdiciadas contra los Rams y los Cardinals? Hay que mirar la columna de pérdidas de balón. Los 49ers quedaron -1 contra Los Angeles y -2 contra Arizona.
Y lo que es más preocupante, San Francisco viene con ocho pérdidas de balón en cinco partidos, empatados con la segunda mayor cantidad de la NFL después de tener la cuarta menor cantidad de la liga el año pasado.
“Esta organización desde que Kyle se hizo cargo, ha encontrado la manera de ganar”, dijo Bosa. “Y no se trata de qué tan buenos son tus jugadores, qué tan explosiva es una ofensiva o qué tan buena es una defensa. Si estás perdiendo el balón y no estás haciendo las jugadas defensivas clave en los momentos cruciales vas a perder en la NFL.
Defensiva y equipos especiales
Cuando Shanahan contrató a Nick Sorensen como su tercer coordinador defensivo por la misma cantidad de años en la temporada baja, él y Lynch dejaron en claro que querían volver a los fundamentos básicos de las defensas que implementaron bajo el mando de Robert Saleh y DeMeco Ryans. En el NFL combine de febrero, Lynch dijo: “Sabemos quiénes somos, quiénes vamos a ser, y eso no va a suponer un cambio de esquema al por mayor”.
El punto central de esa filosofía defensiva ha sido una línea dominante a la que nunca le faltan recursos y que se supone que es el motor que impulsa a los 49ers. A pesar de los repetidos esfuerzos por replicar la unidad que fue la clave del cambio de rumbo del equipo en 2019, estos Niners no han podido apropiarse de los partidos con el frente de cuatro, salvo por una fuerte actuación contra una pésima línea ofensiva de los Patriots.
Gran parte de ello se debe a la continuidad de un problema que surgió a finales de la temporada pasada: la defensiva contra la carrera. Los 49ers ceden 4.7 yardas por acarreo (N° 21 en la NFL) y tienen una tasa de éxito del 55% en las jugadas de carrera (N° 25). Estos problemas han contribuido a un bajo rendimiento en los terceros intentos, pero incluso cuando consiguen que sus oponentes lleguen a situaciones de tercera y largo, no han sido capaces de presionar al pasador con eficacia. San Francisco cede una tasa de conversión del 43.3% en tercera y 7 o más, la N° 31 en la NFL, y tiene 28 presiones en esas situaciones, que lo ubica en el puesto N° 26 del ranking.
Con Hargrave fuera por el resto de la temporada y otros linieros defensivos lidiando con lesiones, los Niners cuentan con el talento de Bosa, Maliek Collins y Leonard Floyd. Pero salvo por Bosa, no es el tipo de grupo que infunde miedo a los coordinadores rivales.
En las derrotas ante los Rams y los Cardinals, los 49ers tuvieron múltiples oportunidades de adueñarse de los partidos defensivamente. En cada ocasión, se quedaron cortos. El eventual regreso de Greenlaw debería inyectar algo de velocidad y actitud muy necesaria al grupo de apoyadores, pero es justo preguntarse si tienen el talento para ser una defensa superior o si la ofensiva simplemente va a tener que llevar más carga como lo hizo la defensa en años anteriores.
“Tienes que evaluar, ¿qué estamos haciendo?”. dijo Sorensen. “¿En qué podemos mejorar? Muchas veces se puede precisar eso. No quieres cambiar todo porque sabes quién eres, sabes cómo quieres que sea esta defensa”.
Mientras tanto, los equipos especiales siguen siendo problemáticos. Tienen una probabilidad de victoria añadida de menos 0.40 en equipos especiales (N° 27 en la NFL) y ocupan el puesto N° 31 en DVOA de equipos especiales (-7.9%). Contra los Rams, cedieron un primer down en un amague de despeje y un retorno de despeje de 38 yardas para preparar el gol de campo ganador.
Hubo un rayo de esperanza contra los Cardinals con un retorno de gol de campo bloqueado para un touchdown, pero eso fue rápidamente atenuado por el retorno de patada de 39 yardas de Arizona que obligó al pateador, Jake Moody, a intentar el derribo, mientras que sufrió un esguince en el tobillo derecho. Shanahan dijo que todavía tiene “mucha” confianza en el coordinador de equipos especiales Brian Schneider, pero los 49ers claramente no son lo suficientemente buenos para superar los errores de los equipos especiales como lo han hecho en el pasado.
“Me gusta hacer jugadas con los equipos especiales”, dijo Shanahan. “Pero lo más importante es que no sea una de las razones por las que terminas perdiendo”.