FLORHAM PARK, N.J. -- En cuestión de horas el martes -- lo llamaremos el Martes Sangriento -- el proceso de reconstrucción de los New York Jets tomó una viraje hacia una nueva dirección.
Odio invocar las palabras de "tirar la temporada por la borda", pero sin duda eso es lo que parece. David Harris y Eric Decker, quienes fueron informados que no son queridos en One Jets Drive, son jugadores sólidos que podrían ayudar a los Jets en el 2017.
Pero ahora eso no importa. El equipo ahora está más preocupado con el 2018 que con otra cosa.
El plan de los Jets (si es que existe un plan) es buscar jugadores jóvenes, desarrollar su talento, y, de ser necesario, seleccionar un quarterback del futuro en el draft de 2018 -- sin importar su marca del 2017. Uno tenía el presentimiento de se estaban moviendo en esa dirección basado en los cambios en marzo, pero estas últimas acciones lo confirman.
Un serio Mike Maccagnan, quien tuvo que pasar la noche explicando a los reporteros las explosivas noticias, tuco que contestar preguntas sobre ese posible escenario. Su respuesta fue tibia.
"Eso es algo en lo que no estamos enfocados. Nuestro enfoque ahora misma es en tomar decisiones que ayuden al equipo en el futuro", dijo el gerente general.
A mi esto me huele a que el dueño Woody Johnson está tratando de ahorrar dinero. Al soltar a Harris y Decker, quien sería dejado en libertad o cambiado antes del final de la semana, Johnson se ahorrará $13.75 millones en nómina. Aparentemente ya llegó a la conclusión que el equipo será uno miserables así que; ¿por qué no ahorrar un poco de dinero en el proceso?
Por otro lado, el tema ahora es que Johnson ha puesto al entrenador Todd Bowles en una posición casi imposible. Es una cosa salir de un jugador entrado en años con un contrato prohibitivo (Darrelle Revis) o un jugador joven con mala actitud (Calvin Pryor), ¿pero salir de dos veteranos probados el 6 de junio?
Hay una línea fina entre reconstruir y derrumbarlo todo. Esto es derrumbar. Los Jets también están minando las oportunidades de éxito del entrenador. Esto es una señal difícil para Bowles, quien seguramente se está sintiendo desesperado.
"No es como que están tomando decisiones sin consultarlo conmigo", dijo Bowles, actuando como un buen soldado e insistiendo que estas fueron movidas "organizacionales".
Perdón, pero esa no la voy a comprar.
Bowles no tiene poder decisional sobre el personal, pero debe tener algún tipo de ingerencia en algunas decisiones claves. Si un entrenador se para en la mesa a favor de un jugador, como creo que Bowles hizo con Harris; ¿por qué no escuchar al entrenador? Esto me dice que hay un poco de falta de conexión en la organización. Marquen mis palabras, esto será una historia grande a medida que la temporada se desarrolle. Bowles está tratando de ganar ahora para salvar su trabajo, y sus jefes están pensando en el macro.
Examinemos lo que ocurrió el martes, comenzando con Harris.
No hacía sentido alguno desde una perspectiva de futbol americano, y fue una manera terrible de tratar a un jugador leal y de clase que raramente se perdió un día de trabajo en 10 años y que nunca -- repito, nunca -- estuvo involucrado en problemas fuera del terreno de juego. Harris era uno de los jugadores favoritos de Bowles y nadie me puede convencer que Bowles estaba a favor de esa movida. Le tomó por sorpresa, se le veía en la cara.
Primero que nada, los Jets no tienen un reemplazo obvio en el roster. Darron Lee y Demario Davis, re adquiridos la semana pasada mediante un cambio, no son verdaderos linebackers. Bowles mencionó a Davis, Bruce Carter y Julian Stanford como candidatos para reemplazar a Harris. Hay que darle crédito por mantener una cara seria al mencionar a Stanford, un jugador marginal que quizás no logre hacer el equipo.
El salario de Harris -- $6.5 millones no garantizado -- no era prohibitivo. Los Jets facilmente pudieron mantenerlo en el roster porque, seamos francos, no que como que estarán pagando salarios altos por talento en esta temporada muerta. ¿Por qué no cargar con $6.5 millones?
"Esa es una buena pregunta", dijo Bowles.
Los Jets convirtieron esto en un tema de dinero al preguntarle a Harris sobre una reducción en salario hace unos días. Lo debieron haber hecho en marzo; esp hubiera sido mejor para ambas partes. Debido a que Harris está en el último año de su contrato, no había ningún beneficio en cuanto al tope salarial al esperar. ¿Por qué esperar hasta junio?
"Esa es una buena pregunta", dijo Bowles.
La NFL es un negocio de sangre fría y no hay mucha lealtad entre jugadores y dueños, pero hay una manera correcta y una incorrecta de hacer las cosas. Los Jets optaron por la segunda con Harris, al despedir a un futuro miembro del Anillo de Honor en la octava práctica de los OTAs. Harris se merecía algo mejor.
En el papel, Harris no escajaba en el movimiento de juventud, pero uno no puede tener un equipo lleno de jugadores jóvenes. Uno necesita algún jugador con conocimiento para liderar la transición, y Harris hubiera sido ideal porque no tiene ego. Lo mismo con Decker, quien fue el mejor receptor de los Jets. Ahora sus mejores receptores son Quincy Enunwa y Robby Anderson, quienes tienen 122 atrapados entre los dos.
Va a ser una temporada larga y dolorosa.
Perdón, será una temporada más larga y dolorosa de lo que inicialmente esperaban.
It's going to be a long, painful season.
Check that: It's going to be longer and more painful than you first thought.