BERLÍN - El Bayern Múnich está a la cabeza del gasto en fichajes en la Bundesliga con una inversión de 143 millones de euros, incluidos los pagos por las cesiones de Philippe Coutinho (8,5 millones al Barcelona) y de Ivan Perisic (5 millones al Inter de Milán).
El Bayern tiene una opción de compra por los dos jugadores, por lo que, a la postre, el desembolso puede ser mayor, pero para las cuentas del club bávaro esta temporada el precio por los dos es asequible.
Las llegadas de Coutinho y Perisic se produjeron en momentos en los que el Bayern parecía paralizado en sus actividades en el mercado, tras verse frustrados sus intentos de fichar a Leroy Sané, que, cuando parecía avecinarse un acuerdo con el Manchester City, sufrió una grave lesión de rodilla.
Antes, sin embargo, el Bayern había hecho una inversión importante para reforzar la defensa, con Lucas Hernández, que se convirtió en el fichaje más caro de la historia del club con un costo de 80 millones de euros, y Benjamin Pavard, que le costó a los bávaros 35 millones.
La lista de nuevos fichajes del Bayern la completan el joven delantero Fiete Arp, por el que pagó al Hamburgo 3 millones de euros, y el centrocampista francés Michael Cuisanse, que llegó del Borussia Mönchengladbach por 12 millones de euros.
La llegada de Pavard y Lucas Hernández propició la salida del Bayern de Mats Hummels, que fue fichado por el Borussia Dortmund por 30,5 millones de euros.
Fue el punto culminante de una ofensiva del Dortmund en el mercado.
Antes, había anunciado los fichajes de Thorgan Hazard, procedente del Borussia Mönchengladbach, Nico Schulz, que llegó del Hoffenheim, y Julian Brandt, proveniente del Bayer Leverkusen por un valor total cercano a los 75 millones de euros.
EL RB Leipzig, por su parte, ha apostado por fichajes de jugadores jóvenes y de relativo bajo coste. La operación más importante del Leipzig no fue un fichaje, sino la renovación de su delantero estrella Timo Werner, a quien muchos veían en la órbita del Bayern.
El principal fichaje del Bayer Leverkusen fue Kerem Demirbay, que llegó del Hoffenheim por 32 millones de euros con la misión de cubrir el vacío dejando por Julian Brandt en la media punta.