Bayern Munich es el máximo campeón de la historia del fútbol alemán con 19 títulos de ventaja con respecto al segundo. En la actualidad, su dominio es casi absoluto. Sin embargo, a comienzos del siglo XX la supremacía no era tan marcada, ya que tenía solo seis estrellas más que la de su más cercano perseguidor. Por eso, se puede afirmar que fue en los últimos veinte años cuando el equipo bávaro supo convertirse en un campeón hegemónico.
En 1963, la Liga de Alemania Occidental se convirtió en la Bundesliga. Hasta dicho año, el campeón nacional se definía tras una fase final que agrupaba a los campeones regionales. Bayern Munich no participó de aquella primera edición que ganó Colonia porque había finalizado detrás de 1860 Munich en la Liga del sur del año anterior. Su primera temporada en la nueva máxima categoría fue la de 1965/66, después de lograr el ascenso gracias a la potencia goleadora de un delantero que había estado a punto de jugar en su clásico rival: Gerd Müller. El cambio de formato sería clave para su crecimiento.
Bayern había logrado su primer título alemán en 1932 y años más tarde fue uno de los clubes que más sufrió la Segunda Guerra Mundial y el auge del nazismo, por su identificación con el pueblo judío. Recién volvió a dar la vuelta olímpica en 1969, año del comienzo de su época dorada. Con Müller como artillero y Franz Beckenbauer como líder y emblema, ganó varias Bundesliga y tres Copas de Europa consecutivas.
En los setenta, ochenta y noventa logró ubicarse como el máximo ganador del país. Conjuntos que supieron ser grandes, como Nürnberg (el segundo más ganador de Alemania Occidental), Schalke 04, Hamburgo, Borussia Mönchengladbach y Werder Bremen fueron superados y tuvieron que conformarse con pelear de forma tímida contra un rival cada vez más gigante.
Con la reunificación parecía que podía cambiar algo, pero el predominio se incrementó. Stuttgart y Bremen ganaron las primeras ligas de la Alemania unida, aunque Bayern se quedó con la tercera y con 16 de las siguientes 25. Y sólo tres veces bajó del tercer puesto desde 1991.
Hasta 2000, se podía decir que la historia del fútbol alemán era la historia de una competencia disputada, sin los colosos de otros países europeos. VfB Leipzig a comienzos de siglo, Dínamo Dresden, Nürnberg y Schalke en la época de entreguerras, Dortmund y Kaiserslautern en los cincuenta y Dynamo de Berlin en Alemania Oriental durante los ochenta tuvieron momentos de gloria más o menos extensos. Pero ninguno había estado cerca de marcar el paso como lo hizo Bayern en este siglo.
Hoy, el equipo bávaro es el heptacampeón de Alemania, un hecho sin precedentes en más de cien años de historia. En la Bundesliga que se reanudará este fin de semana después de la pandemia del coronavirus ocupa el primer lugar con cuatro puntos de ventaja sobre Borussia Dortmund, el único cuadro que en los últimos tiempos ha podido al menos generarle cierta preocupación. Quedan ocho fechas para ver si la hegemonía se mantiene o si para el resto de los clubes alemanes habrá oportunidad de empezar a desandar un camino que lleva décadas.