Los medios españoles han hablado de un pre-contrato entre el agente de Haaland, Mino Raiola, y el candidato a vicepresidente de Rousaud, Jose María Minguella.
BERLÍN - Los medios alemanes han reaccionado con escepticismo ante la posibilidad de que, en caso de que Emili Rousaud se convierta en presidente del FC Barcelona, el club catalán fiche al noruego Erling Haaland, actualmente al servicio del Borussia Dortmund.
"Al parecer lo primero que tendría que hacer Rousaud de resultar elegido sería romper una promesa electoral", concluye la revista "Sport Bild" que ha enumerado una serie de razones para explicar su escepticismo.
La revista recuerda que el contrato de Haaland con el Dortmund está vigente hasta 2024 y una presunta cláusula de rescisión de 75 millones de euros, hasta ahora no confirmada por el club, solo entra en vigor en verano de 2023 o, según otros medios, en verano de 2022.
Antes de esa fecha el Dortmund solo dejaría ir a Haaland por una "cantidad monstruosa" de dinero y su dureza en ese tipo de negociaciones ya las mostró, justamente ante el Barcelona, en el caso de Ousmane Dembélé.
Además, recuerda ese diario, la situación financiera del Barcelona no es buena con lo que es poco probable que tenga el dinero para hacer una oferta por Haaland.
"Tenemos planes a largo plazo con Erling y no tenemos porque reaccionar a rumores", ha dicho, por su parte, el director deportivo del Dortmund, Michael Zorc, sin entrar en más comentarios.
Los medios españoles han hablado de un pre-contrato entre el agente de Haaland, Mino Raiola, y el candidato a vicepresidente de Rousaud, Jose María Minguella.
Ese pre-contrato, según "Spor Bild", en caso de existir, no tendría legitimidad alguna por cerrarse cuando Haaland todavía tiene un contrato con tres años de vigencia.
El portal Fussballtransfers.de dice que Rousaud, en caso de ganar, tendría que echar mano de una célebre frase que utilizaba el primer canciller de la República Federal de Alemania, Konrad Adenauaer, cuando se le recordaban promesas electorales no cumplidas.
"A mi que me importa mi rollo de ayer", solía decir Adenauer en esos casos.