Desde que debutó en Primera División Exequiel Zeballos tuvo esas condiciones de las que cualquier tribuna se enamora. Gambeta, talento, pie a pie, precisión en velocidad sumado al desparpajo y calidad. Tiene estrella. Si le suma gol en cómodas cuotas no tardará mucho el fútbol europeo en posar sus ojos en él como ya lo hizo con Valentín Barco, Cristian Medina o Alan Varela (ya transferido al Porto portugués).
Pero "Changuito" amaneció amagando y terminó desequilibrando. Fue una de las figuras de Boca Juniors en la victoria 3-1 ante Platense (un gol y una asistencia) en la fecha inicial de la Copa de la Liga y pide pista de cara a lo que se viene: Racing por los cuartos de final de la Copa Libertadores.
Jorge Almirón, su entrenador, lo supo esperar. "Zeballos genera simpatía por su calidad y cerca del área es peligroso. Lo viene buscando (el gol) y me pone contento porque da alegría. Estoy contento por él pero no puedo adelantarme a lo que pase".
Desde la vuelta tras la dura lesión en Salta por Copa Argentina ante Agropecuario jugó diez partidos, totalizó 228 minutos y marcó dos goles y dio dos asistencias que dan un resultado de anotación y/o pase gol cada 57 minutos. Sencillamente importante a la luz de los hechos. Por lo que se ve en cancha y por lo que dan los fríos números.
El propio jugador sabe ubicarse en la cancha y frente a los micrófonos: "Hay que trabajar para el partido de Copa que es muy importante. Somos muy unidos y lo hicimos bien". Zeballos sabrá aguarda su oportunidad. Seguro sabe cómo aprovecharla.