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Boca retrocedió en La Plata y no llenó las expectativas ante Estudiantes

Boca Juniors no estuvo en La Plata. Al menos no el Boca de las últimas semanas, el intenso y con mayor claridad del medio hacia adelante para conseguir la victoria en un momento sensible de la Copa de la Liga. Retrocedió a lo que venía mostrando y terminó perdiendo ante un Estudiantes que le ganó con lo justo, apretando la definición de la Zona B.

El equipo de Diego Martínez había dado señales positivas desde el partido con Belgrano. Dio vuelta un juego que pintaba complicado con Edinson Cavani que fue letal, como en sus tiempos de PSG o Napoli. Había tenido un traspié en Santa Fe, contra Unión, pero ratificó sus movimientos hacia adelante contra Racing y San Lorenzo, dos clásicos en La Bombonera que fueron, quizás, los mejores momentos del ciclo.

Viajó a Rosario a enfrentar a Newell’s, un juego de alto vuelo en el que debía ganar para empezar a asegurar su clasificación. Lo hizo con solidez, mostrando un nivel superior a lo que venía haciendo. Fue 3-1 lejos de casa, lo que era una deuda pendiente del Boca de Martínez.

Cuando parecía que Boca se encaminaba a encontrar un nivel parejo en todos sus compromisos, primero demostró falencias para superar a Sportivo Trinidense en Sudamericana, un rival de menor calibre que complicó al Xeneize y que amagó con conseguir un empate histórico en el tramo final del cotejo en La Bombonera.

La victoria llegó mediante un cabezazo de Anselmino, pero eso fue un aviso de algo que no podía volver a suceder. El siguiente duelo era clave, ante el Pincha, uno de los que peleaban por meterse en cuartos de final, y con una tarea clave: Boca tenía que ganar para asegurar su lugar en la siguiente instancia.

El juego de Boca fue chato, muy espeso y con dificultad para mover la pelota ante un Estudiantes que propuso un juego áspero, de persecución y atención al mediocampo Xeneize, la mejor arma de Diego Martínez en estos partidos que dirigió.

Equi cumplió, cortó y jugó, pero no encontró la compañía de siempre. Zenón estuvo muy vigilado y Medina tuvo que arreglársela ante la marca de más de un jugador del León. El juego no prosperó como esperaba Martínez y tampoco llegaron soluciones desde el banco.

La influencia de los laterales también disminuyó. Tal vez por la presencia de Cetré, Blanco no pasó en todas las bolas como venía haciendo y no pudo sacar sus peligrosos centros en búsqueda de Cavani.

Advíncula tampoco colaboró en este aspecto. Careció de precisión para centrar y no se asoció con los volantes de la mejor manera para romper las líneas defensivas de Estudiantes.

Boca terminó el segundo tiempo de 32 minutos desordenado y el error de Chiquito Romero en el único gol del partido contribuyó en este desconcierto del equipo. Tras la anotación, el entrenador quiso mover el banco, pero los revulsivos no aportaron la cuota de frescura necesaria en ese momento tenso.

Sin Blondel para encontrar una variante en zona de mediocampo/lateral, Martínez tuvo que terminar con Saralegui de ‘4’ en la desesperación de conseguir el empate.

El DT, que se había ganado los elogios por sus variantes en los juegos anteriores, en este partido no estuvo tan lúcido como en otras ocasiones. Si bien Boca ‘no tiene mucho más’ que el equipo titular, Martínez apostó por segundo compromiso consecutivo a un triple ‘9’ que no había ilusionado a nadie contra Trinidense en La Boca.

Los cambios fueron infructuosos. El juego no mejoró y Boca se fue de UNO sin saber cómo atajaba Matías Mansilla en esos 64 minutos que se disputaron. Retrocedió casilleros en este proceso evolutivo que lleva con Diego Martínez a la cabeza. No hay margen de error, deberá vencer a Godoy Cruz el próximo martes para no depender de nadie y también tiene la CONMEBOL Sudamericana como segundo objetivo en un grupo en el que, por ahora, corre de atrás con Fortaleza de Brasil.