El arquero uruguayo nacionalizado mexicano Sebastián Sosa, que será juzgado como partícipe secundario de un delito de abuso sexual que involucra a otros tres exjugadores del Vélez Sarsfield, firmó este martes con el club Deportivo Maipú, que milita en la segunda categoría del país.
"El arquero Sebastián Sosa arregló su vínculo hasta fin del 2025 con el Cruzado", declaró la entidad en una publicación en la red social X donde aparece una imagen del arquero entrenando con el equipo.
La llegada del guardameta a la entidad mendocina ocurre después de que el juez Sebastián Mardiza denegara la petición del futbolista de retornar a Uruguay para jugar al fútbol la semana pasada.
El conjunto es séptimo ahora mismo del Grupo A de la Segunda de Argentina, lo que le coloca en medio de la batalla por entrar al 'playoff' de ascenso y ascender por primera vez en su historia a primera.
Sosa fue desvinculado del club del barrio de Liniers el pasado 17 de abril tras una "investigación interna que determinó que los referidos jugadores incurrieron en conductas laborales graves".
El natural de Montevideo deberá pasar cada quince días por dependencias policiales y tuvo que pagar una indemnización de 54.230 dólares estadounidenses.
El grave caso por el que será juzgado Sosa
Los hechos que involucran también al paraguayo José Florentín y a los argentinos Abiel Osorio y Braian Cufré ocurrieron el domingo 3 de marzo, cuando el Fortín se encontraba en la localidad del noroeste argentino para la disputa de un partido de Copa de la Liga ante Atlético Tucumán.
Sosa y la joven se habían conocido en la zona mixta del estadio y, tras una serie de mensajes intercambiados en Instagram, ella acudió al hotel Hilton a la medianoche tras el duelo ante el Decano, que terminó 0-0.
Poco después, se sumarían Osorio, Cufré y Florentín, con quienes compartieron unas latas de cerveza y unos tragos de Fernet -conocido cóctel nacional a base de una bebida alcohólica de origen italiano y un refresco de cola-. Tras ello, la joven comenzó a sentirse mareada y se recostó en una de las camas.
Según la víctima, a partir de ese momento ocurrió el abuso y, pasadas unas horas, cuando pudo recuperarse, salió de la habitación y pidió un vehículo mediante aplicación para retornar a su domicilio.
Tres días después, la joven acudió a la Policía local para hacer la denuncia y entregó la ropa que utilizó esa noche para su análisis.
Vélez reiteró entonces “su más profunda preocupación por los hechos denunciados” por ser “claramente contrarios a los principios y valores” de la institución.