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Boca-Bayern y una final con mucha polémica

El 27 de noviembre de 2001, Boca y Bayern Munich se enfrentaron por la final de la Copa Intercontinental en Tokio. Un partido con un arbitraje polémico que hasta el día de hoy se discute, y que dejó al conjunto argentino sin chances de alcanzar el bicampeonato mundial.

Un año antes, los Xeneizes habían llegado a la cima del mundo tras vencer nada menos que al Real Madrid por 2 a 1, con los goles de Martín Palermo. Un triunfo histórico teniendo en cuenta que los Merengues contaban con un plantel repleto de estrellas, como Casillas, Roberto Carlos, Fernando Hierro, Figo y Raúl, entre otros.

Por ese antecedente, se sabía que el equipo de Carlos Bianchi iba a ser un rival duro para los alemanes, que llegaban como campeones de la Champions tras derrotar en la final a Valencia en la tanda penales por 5 a 4.

Los bávaros de Ottmar Hitzfield tenían en el arco a Oliver Kahn, el ghanés Kuffour, a los franceses Sagnol y Lizarazu, a los brasileños Paulo Sergio y Elber y al peruano Claudio Pizarro entre algunos de los jugadores destacados. En la previa, con menos “galácticos” en la cancha, se presentaba como un rival más accesible que el Madrid.

Boca no se quedaba atrás. Venía de vencer en la Libertadores al Cruz Azul, también por penales, y era un equipo acostumbrado a jugar y a ganar finales. Ya no estaba Palermo, tampoco el Patrón Bermúdez, pero contaba con los colombianos Córdoba y Serna, con Guillermo Barros Schelotto y Marcelo Delgado, y con la presencia de Juan Román Riquelme en todo su esplendor.

Fue un partido parejo, friccionado, donde no sobraron las situaciones de gol. Boca tuvo las suyas a través de Delgado, pero no pudo concretarlas. En la primera, un gran pase de Guillermo tras robarle la pelota a Kuffour dejó al delantero solo ante el arquero. Pero el Chelo definió muy mal en lo que podría haber sido la apertura del marcador.

Un rato más tarde, Delgado pasaría de casi héroe a villano. Riquelme puso otra gran pelota para el delantero, quien tiró largo el balón ante la salida de Kahn y al ver que no llegaba, simuló una falta que no existió. El árbitro danés Kim Nielsen, quien ya había amonestado a Delgado, le sacó otra amarilla y lo expulsó.

Terminaba el primer tiempo. Quedaba mucho por delante y Boca estaba con 10 jugadores. Pero resistió el conjunto xeneize. El Bayern se acercaba a través de centros y era dominador, aunque le costaba generar chances claras de gol.

Nielsen pronto demostraría que no iba a medir con la misma vara las acciones de los dos equipos. A los 19 minutos del segundo tiempo Paulo Sergio entró muy duro contra Riquelme, quien tras una gran jugada en la mitad de la cancha se había sacado a dos jugadores de encima. El brasileño fue primero con una plancha abajo y luego con un codazo arriba que era claramente para tarjeta roja. El juez ni siquiera sacó la amarilla. Y tampoco lo hizo en las faltas sistemáticas que el 10 argentino sufrió a lo largo del partido.

Llegaron al alargue. Y en otro centro al área, desde un tiro de esquina, llegó el gol que le dio el triunfo a los alemanes. Córdoba salió mal y Kuffour marcó el 1 a 0, en una jugada donde también se reclamó falta de Elber ante Clemente Rodríguez: el brasileño fue con los tapones hacia delante en busca del balón que luego quedaría para la definición de Kuffour. Quedaban 11 minutos para el final del partido, pero un Boca cansado no pudo torcer la historia.

El árbitro danés quedó marcado por un mal arbitraje en el que Boca fue perjudicado. En la previa se hablaba de la tendencia de los argentinos para exagerar y tirarse en cada roce, y de cierta animosidad del juez hacia los futbolistas del país sudamericano. Como antecedente se destacaba un partido del Mundial de 1998 entre Argentina e Inglaterra, por los octavos de final. Allí el mismo árbitro había echado a David Beckham por una falta infantil sobre Diego Simeone, que el Cholo exageró, y que dejó con 10 hombres a los ingleses.

"Demostré picardía. Beckham no me dio un golpe violento, fue un gesto instintivo. Pero el árbitro castigó su intención", decía Simeone unos meses más tarde. Esa acción y otras de ese partido mundialista, tal vez, influyeron para que el árbitro mirara de reojo a los argentinos y no midiera de igual manera la toma de decisiones.

Pasaron muchos años pero la herida para Boca sigue abierta. Hace pocas semanas, Chicho Serna envió un irónico tweet haciendo referencia al arbitraje del danés en la final ante el Bayern. “¿La Casa de Papel? No, este fue el verdadero robo del siglo 21”, puso el colombiano, haciendo una comparación con la exitosa serie española. En la imagen aparece Chicho junto a Oliver Kahn y la terna arbitral, en el inicio del encuentro.

Hasta ese partido de 2001, Boca venía invicto ante los alemanes. Había empatado el 9 de mayo de 1925 en la gira de ese año por Europa (1 a 1), partido del que hoy se cumplen 95 años, y los había derrotado por 1 a 0 en agosto de 1967 en otro amistoso celebrado en el Camp Nou, con gol de Alfredo el “Tanque” Rojas.

Este último choque contra el Bayern marcó el final de la primera etapa de Carlos Bianchi en el club. No fue el esperado. Pero el fútbol siempre da revancha, y el Virrey y Boca la tuvieron. En 2003 llegarían juntos a otra final Intercontinental, para vencer al Milan y levantar un nuevo título.