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Barcelona, de la algarabía a la frustración y a 10 días del Clásico

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Real Madrid y Barcelona buscan extender su buen momento en LaLiga (1:45)

La Jornada 28 del torneo español trae duelos atractivo en la lucha por el título y los puestos de Champions. (1:45)

BARCELONA -- Al Barcelona no se le da bien Europa y si el Benfica le echó de la Champions, el Galatasaray hundido en la miseria de la Liga turca amenaza con cerrar de golpe su aventura en la Europa League.

Si en 2004 fue el Celtic de Glasgow el que echó al equipo azulgrana que entrenaba Rijkaard y en el que jugaba Xavi en los octavos de final de lo que entonces se llamaba Copa de la UEFA, al cabo de 18 años la misma eliminatoria le tiene al borde del colapso.

Había probablemente una euforia desmedida alrededor de este Barça que llegaba al partido después de enlazar cuatro victorias consecutivas, de pasar por encima del Valencia, del Napoli y del Athletic; de saber sufrir en Elche y dar la sensación de estar en velocidad de crucero para llegar al Clásico del 20 de marzo, un partido que, de pronto, pasó de ser temido a esperado.

Así se entiende la frustración final del Camp Nou, donde no se podía acabar de entender que un Galatasaray derrumbado fuera capaz de congelar los ánimos de esta manera. La resistencia turca tuvo algo de extraño... Y fue a ocurrir, las casualidades, un día después de que el barcelonismo contemplara por televisión como el Real Madrid pasaba de ser un cadáver a derrumbar al PSG instalado en la locura. Quizá la que a veces se echa en falta en el Barça.

Siempre se dice, y se repite, que el Madrid gana sin discutir el cómo mientras en el Barça se discute hasta la saciedad cómo se tiene que ganar. El Bernabéu entró en éxtasis el miércoles en 25 minutos de locura en los que el Madrid atropelló a un PSG sin alma, derrumbado y entregado a la miseria de la misma manera que el Camp Nou se entregó sin disimulo a un Barça plenamente reconocible y que quiso, siempre, ganar a su manera. Sin cambiar el plan hasta el final, desesperado, de Luuk de Jong.

A diez días del Clásico la euforia se frenó alrededor de un Barça que probablemente vivía en un estado de falso convencimiento. Avisó, reconoció Xavi que pensar en la Liga es una utopía (con bonitas palabras) porque el Madrid no falla y a cada semana que pasa se aventura más imposible imaginar en alcanzarle... Pero es que entre la rebelión madridista del miércoles y la rendición azulgrana del jueves se encuentra probablemente la realidad de los dos equipos.

El Barça tendrá que ganar en Estambul... Tal como ya hizo en Nápoles demostrando que es un equipo en crecimiento y del que puede esperarse lo mejor en clave de futuro. Ocurre que enfrentará al Galatasaray tres días antes de visitar el Bernabéu y lo que quería Xavi que fuera un viaje con la eliminatoria sentenciada para poder rotar y pensar en el Clásico acabará siendo una final, otra, sin vuelta atrás.